No te sumes a la confesión negativa, eso no trae a Dios a escena

No te sumes a la confesión negativa, eso no trae a Dios a escena

confesion negativaCuenta una historia que en una  pequeña escuelita rural que se calentaba con una vieja estufa de carbón, (1917) era alimentada por un niño que todos los días llegaba temprano a la escuela para encender el fuego y calentar el aula antes que llegaran la maestra y sus compañeros. Una mañana, llegaron y encontraron la escuela envuelta en llamas. Sacaron al niño inconsciente del edificio incendiado, más muerto que vivo. Tenía quemaduras graves en la mitad inferior de su cuerpo y lo llevaron con urgencia al hospital.

En su cama, el niño oía al médico que hablaba con su madre. Le decía que seguramente su hijo moriría, que en realidad era lo mejor que le podía pasar, pues el fuego le había destruido la parte inferior del cuerpo, y aunque sobreviviera nunca más iba a poder caminar.

Pero el valiente niño no quería morir, y decidió que sobreviviría.
De alguna manera, para gran sorpresa de los médicos, sobrevivió.

Pero el médico le seguía diciendo a la madre: “habría sido mucho mejor que su hijo muriera, ya que estará condenado de por vida a una silla de ruedas será un inválido”

Pasado un tiempo este niño tomó una decisión: él no sería un inválido. Caminaría.
Pero, desgraciadamente, de la cintura para abajo no tenía capacidad motriz. Sus delgadas piernas colgaban sin vida. Finalmente ya dado de alta, todos los días su madre le masajeaba las piernas, pero el niño no sentía nada; no obstante, su decisión de caminar crecía día a día.

Una mañana la madre lo llevó al patio para que tomara aire fresco. Ese día, en lugar de quedarse sentado, se tiró de la silla. Se impulsó sobre el césped arrastrando sus piernas.  Llegó hasta el cerco de postes blancos que rodeaba el jardín de su casa. Con gran esfuerzo, se subió al cerco. Allí poste por poste, empezó a avanzar por el cerco, decidido a caminar.

Empezó a hacer lo mismo todos los días y trabajó tanto en ello, que hizo un surco en la tierra. Por fin, gracias a esos masajes diarios, su persistencia, su determinación y sus pensamientos positivos, desarrolló la capacidad de levantarse primero, luego caminar tambaleándose, finalmente caminar solo.

Empezó a ir al colegio, primero caminando, luego corriendo, por el simple placer de correr.

Hay que usar el corazón y la boca para un mismo objetivo, que lo que el corazón cree, la boca lo hable

¿Qué significa la palabra “confesión”: “homologeo”, decir las mismas palabras, hablar lo mismo. A nivel espiritual es decir lo mismo que Dios dice.

Dice la Palabra de Dios, que en el principio la tierra estaba “desordenada y vacía” y el Espíritu Santo se movía sobre el desorden. Al Espíritu Santo le encanta estar en los lugares donde hay problemas. ¿Cuántos tenemos problemas? todos ¿verdad? La buena noticia es que en medio de ellos, está moviéndose el Espíritu Santo, Él viene a nuestra vida a ordenar lo que está desordenado. El Espíritu Santo al único que escucha es a Dios y a su Palabra. La Palabra es Jesús (el Verbo). Imagínate esta escena en tu mente: están el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo de pie frente a ti.

 Entonces si tú dices: “Dios qué difícil es mantenerme en este viaje, estoy agotada porque nadie me ayuda, estoy sola para todo”.

 El Padre al escuchar esa confesión dice: “yo no dije eso”, Jesús al escuchar esas palabras dice: “yo no dije eso”, y el Espíritu Santo no hace nada.

Pero si en cambio tú dices: “estoy sola con mis hijos, no tengo dinero, pero declaro prosperidad, porque tú me prometiste que el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida”.

El Padre dice: “yo dije eso”, Jesús dice: “yo dije eso”,  y el Espíritu Santo te da lo que necesitas.

Otro ejemplo: Si tú dices: “Señor estoy enfermo, de esta no me salva nadie” Dios y Jesús dicen: “yo no dije eso”; pero si dices: “Señor, estoy enfermo pero ese es solo el diagnóstico, porque el pronóstico me lo diste tú, pues tu palabra dice que por “tus llagas ya he sido sanado”.

 El Espíritu Santo acciona a tu favor, porque el Espíritu Santo obedece a la voz que salió del Padre, y cuando hablas la misma palabra que salió del Padre, entonces sí  se produce lo que estás esperando.

La fe ataca y expande

Decía David: “mi copa está desbordando”. Dios nos va a dar desborde de bendición, no te van a alcanzar las manos para abrazar todo lo que vas a recibir, cuando empieces a declarar lo mismo que Dios dice.  Porque Dios te va a dar desborde económico, desborde de salud, desborde de paz, desborde de bendición. La fe habla palabras de desborde. ¿Tú te acercaste a Dios por un milagrito? ¡No! Empieza a declarar muchos milagros, tienes que ensancharte, porque tu copa va a estar desbordando.

Glenn Cunningham, más adelante en la universidad formó parte del equipo de carrera sobre pista. Y aún después, en el Madison Square Garden, este joven que nadie tenía esperanzas de que viviera, que nunca más iba a volver a caminar, que nunca iba a poder correr, este joven determinado,  llegó a ser el atleta estadounidense ¡que corrió el kilómetro más veloz del mundo! Por eso, cierra toda confesión mala con un pero de Dios; este hombre lo hizo, su texto preferido era:

 “Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán”.

Autora: Silvia Truffa

Escrito para www.destellodesugloria.org

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