Destellito: El Alpinista

Un Destellito en las manos de Dios.-

Destellito, a medida que pasa el tiempo, adquiere mayor conocimiento de las costumbres del ser humano, y fiel a su compromiso con Dios Creador, los guarda en su mente para utilizarlos cuando sea necesario enseñar a las personas las verdades de la Biblia. Cada vez que descubre algo nuevo no puede evitar que su cabeza comience a brillar con gran intensidad, y la única manera de disminuirla es relatando una historia basada en las experiencias recogidas.

El Alpinista.-

El Alpinismo, tiene muchos adeptos en el mundo, es un deporte que apasiona a quienes he visto practicarlo, dijo Destellito.

Bajo un cielo despejado y con viento suave, los jóvenes alpinistas comenzaron el ascenso de la montaña por una pared que caía perpendicular; habían escogido el lado más difícil de la montaña para subir. A medida que lo hacían el viento se iba haciendo más intenso. Perfectamente equipado, los deportistas utilizaban la pica del piolet y los crampones para asegurar mayor firmeza antes de hacer otro movimiento, el alpinista que iba a la cabeza se aseguraba de marcar muy bien el sendero con las herramientas adecuadas. Las  cuerdas que los unían, anudadas como corresponde, para que en caso de una caída estas pudieran sostenerlo, y evitar una muerte segura. Observé con bastante atención la subida, expresó Destellito, y reparé que utilizaban unos aparejos que ensartaban firmemente en alguna grieta. Se preocupaban permanentemente de la cordada, entendí, dijo Destellito, rascándose la nariz, que era vital para la seguridad de los deportistas, debía estar bien asegurada para que en caso de caer, fuera capaz de detener la violencia de la caída y al mismo tiempo sostener al equipo mientras recuperan su posición. La característica de aquél que practica esta disciplina deportiva es no doblegarse, ser constante en la subida, con un único objetivo en mente, alcanzar la cima, premio a tanto esfuerzo.

Destellito, colocando su mejor cara de instructor, dijo: La Biblia dice en 1a de Corintios 15: 58, “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en la obra del Señor no es en vano”.

El objetivo de los creyentes no está abajo, está arriba, va subiendo para alcanzar la cima del monte donde está Dios. Estar firmes significa poner bien los crampones y el piolet, ni que decir de la cuerda; existe un dicho entre los hijos de Dios, “hay que tomarse del cable de la fe”, está bien, pero esa cuerda debe estar bien sujeta a la pared del precipicio de la vida, que son la sana doctrina y los principios del Señor, los cuales se deben cumplir y obedecer; mostrar debilidad en esta área hará que en cualquier momento la cuerda no lo pueda sostener y caerá. El alpinista, conseguido el objetivo, dirá que lo sacrificado del ascenso no fue en vano, del mismo modo los hijos y las hijas de Dios que están firmes y son constantes, lograrán alcanzar la razón de tanto esfuerzo, subir a las alturas con seguridad, finalizó de decir Destellito.-

Autora: Oscar Olivares Dondero

Preparado para: www.destellodesugloria.org

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