Hoy, me he puesto a pensar
HOY, ME HE PUESTO A PENSAR
Texto: EFESIOS 4.18-19 (NVI)
“Puedan comprender, junto con todos los santos, cuan ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo; en fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios”
El tiempo es algo que no podemos detener, que éste corre inexorablemente y que la vida transcurre como un abrir y cerrar de ojos. ¿Te preguntarás porque te digo esto? Bien, déjame te platico; cuando nos damos un espacio en nuestro agitado vivir para ver a nuestros hijos, vemos con sorpresa como estos han crecido, y nuestra mente nos traiciona y lleva a rememorar los momentos de su infancia, de cuando dependían completamente de nosotros, de cuando nos miraban con admiración y sentían que si nosotros estábamos a su lado se sentían seguros y confiados, que no entendían el significado de la amistad, pero para ellos nosotros éramos sus mejores amigos, sus compañeros de juegos y hasta sus cómplices en algunas travesuras, les gustaba sonreír por cualquier ocurrencia nuestra o de ellos, la sonrisa de ellos llenaba nuestro corazón de alegría y amor, y nos servía de inspiración para continuar nuestro diario vivir. Ellos, venían a ser el aire que impulsaba nuestra vela para poder llegar a nuestro destino, nuestro hogar, para recibir un abrazo y un beso lleno de amor y de ilusión, y la clásica pregunta ¿Qué me trajiste papá? o ¿Qué me trajiste mamá? ¿Lo recuerdas?
Hoy miré a mi hijo de 2 añitos, y lo observaba detenidamente jugando en el sillón trasero del coche ensimismado en lo suyo, despreocupado, confiado en que papá es el que va al volante y seguro de que no le pasará nada. Al levantar la mirada y observar por el espejo retrovisor se cruzaron su mirada con la mía y al descubrirme me regaló una sonrisa de satisfacción y felicidad; al verlo se enterneció mi corazón y mi entornó dejó de existir porque el tesoro más hermoso que Dios me dio (mi hijo) me miraba con ojos de agradecimiento y ternura; quiero pensar que por su mente y en su corazón brotó la siguiente frase ¡¡ bien papá aquí vamos tú y yo, juntos somos invencibles, porque formamos un equipo poderoso !!
Al revivir este momento todo deja de ser, ¿y sabes porque? Porque siento que a través de mi hijo es Dios mismo que me mira y me sonríe y en un instante mi entorno se transforma, todo lo cubre con su inmenso amor.
Te has puesto a pensar lo que sintió María cuando tuvo en sus brazos al hijo prometido por Dios, al acariciar su piel y llenarlo de ternura y amor; quiero imagina que en ese instante en su mente no había otra cosa, sino en disfrutar de su gran amor, el regalo que Dios le había dado; que hermoso ¿verdad?
Como padres nos sentimos orgullosos de nuestros vástagos al verlos ya crecidos y siendo hijos de bien, con un corazón lleno de amor y temerosos de Dios. Así también nuestro Señor se siente feliz de ver a sus hijos que ya han crecido, que estamos confiados en Él, que a su lado nos sentimos seguros y que nada nos preocupa, ya que Él es el que va al timón de nuestra embarcación; que en medio de las pruebas allí está Él para ayudarnos a salir victoriosos. Nuestro Señor Jesús anhela que tú levantes tu mirada y la poses en la de Él, y que le regales una sonrisa de satisfacción y ternura; que levantes tus brazos en señal de agradecimiento por todo lo que ha hecho a lo largo de tu vida, y que inclines tu rostro en señal de reverencia ante SU MAJESTAD. Cuando te sientas solo(a) o que tus fuerzas ya no dan más, no dudes en llamarle, porque al igual que tú haces con tus hijos, así también El hará contigo, irá en tu ayuda; no importa lo que estés pasando solo recuerda que en todo momento puedes contar con PAPÁ.
Ahora, déjame preguntarte algo: ¿Cuánto hace que no les das un beso a tus hijos? ¿Cuánto hace que no les dices que los amas? Si ha pasado tiempo, este es el momento de que rompas con esa indiferencia y cuando estés con ellos GÓZALOS porque son el regalo que Dios te dio. Te invito a que en la intimidad con Dios y en todo momento le envíes un beso, y desde lo más profundo de tu corazón le digas a TU SEÑOR. ¡¡JESÚS TE AMO!!
HOY, ME HE PUESTO A PENSAR….CUAN PROFUNDO ES EL AMOR DE CRISTO.
GRACIAS, MUCHAS GRACIAS MI SEÑOR.
Autor: Victor Culebro
Escrito para www.destellodesugloria.org