Nuestra vida va en dirección de lo que hablamos

Nuestra vida va en dirección de lo que hablamos

hablamosDicen que una vez, había un ciego sentado en la vereda, con una gorra a sus pies y un pedazo de madera que tenía escrito con tiza blanca: “por favor ayúdenme, soy ciego.”

Un creativo de publicidad que pasó  frente a él, se detuvo  y observó que en la gorra había sólo unas pocas monedas.

Sin pedirle permiso dio vuelta el cartel y escribió otro anuncio. Luego, puso el pedazo de madera en su lugar y se fue. Por la tarde volvió a pasar frente al ciego y su gorra estaba llena de billetes y de monedas.

El ciego, que reconoció sus pasos, le preguntó si había sido él quien había reescrito su cartel, y  sobre todo, quería saber que había puesto.

El publicista le contestó “Dice lo mismo que decía antes, pero con otras palabras”, sonrió y siguió su camino. El ciego nunca lo supo, pero su nuevo cartel decía: Estamos en primavera, y yo no puedo verla”

Habla como Dios habla y tendrás resultados extraordinarios y el milagro que estás esperando llegará a tu vida. No va a ser necesario que corras tras él, él te alcanzará.

Hay cuatro tipos de cristianos:

Esponja: lo bueno es para mí y lo malo también.

Embudo: le entra por un lado y le sale por el otro.

Colador: deja pasar todo lo bueno y se queda con lo malo.

 Tamiz: deja salir la harina común y se queda con la selecta.

Adán y Eva pertenecían al grupo  de los  creyentes “embudo”

La serpiente: arranca con una pregunta

-¿así que Dios les dijo que no coman de todo árbol del huerto?-

Siempre el diablo te habla en negativo, lo primero que te trae a la mente es el “No”: “no puedes comer”; “no puedes disfrutar”, “no tienes derecho”, “no  te dejan hacer lo que te gustaría”.

 Cuando en realidad lo primero que Dios les dio fue su permiso ¡para comer de todo, sólo de un árbol no podían! Ahora eso era un decreto de parte de Dios, algo irrevocable.

– Eva respondió: “Dios ha dicho que del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto; dijo que de ése no”.

DIOS HABÍA ORDENADO QUE NO COMIESEN DE ÉL, Y ELLA REDUJO UN MANDAMIENTO A UNA OPINIÓN DEL MONTÓN.

-Dios dijo: “DE TODO PODRÁS COMER”, o sea “podrás libremente comer” (concepto implícito) ella sacó la palabra “DE TODO”.

 Cuando quito de mi vida  el concepto de que Dios me hizo libre voy a terminar mal. ¡Ella achicó la bendición!

-Eva: “Ni lo toquéis” le agregó. No le agregues nada de lo que Dios te ha prometido, Dios te va a dar información para que sepas elegir, para que digas no a lo que te mata y te envenena.

-Eva: “para que no muráis”: nunca reduzcas lo que Dios te prohíbe como una opción.

-Dios había dicho: “CIERTAMENTE MORIRÁS”

No robes las palabras que Dios te dio

Dios nos ha advertido, no necesitamos probar veneno, Adán y Eva perdieron la libertad porque no valoraron las promesas, no robes las palabras que Dios te dio, no es una opinión más, son tu  guía, tu luz y tu verdad.

Eva fue engañada, pero no le dijo a Adán nada, solo le dijo “come” Adán ni Eva amaron la Palabra de Dios. Si disfruto de las promesas de Dios, me va a ir bien. Las promesas debemos enseñárselas a nuestros hijos, hablando de ellas, al acostarnos y al levantarnos, cuando estamos por el camino, y en nuestra casa.

Cuando tú disfrutas de la palabra de Dios eso baja a tus hijos, cuando tus hijos ya no estén y se hayan independizado y te encuentres con ellos, ellos verán la gloria de Dios en tu vida. Cuando estés a solas disfruta de la presencia de Dios “pero del árbol que te envenena no comas”.

 La serpiente no me va  a sembrar en el jardín de mi mente, porque Dios todo me lo dará, Dios le dijo a Eva: “tu descendencia aplastará a Satanás”, por todo este lío, hay una guerra espiritual entre las fuerzas de la luz y la de las tinieblas. Dios vistió a Adán y Eva con la piel del animalito, no los echó del jardín, sin una promesa que los acompañe.

Jesús iba a ser muerto para vestirnos, cuando no estás vestido, vives con miedo, vergüenza y culpa, ¡Ama la Palabra de Dios y así nadie te podrá envenenar el corazón, y nadie te podrá quitar la libertad que él te dio!

Autora: Silvia Truffa

Escrito para www.destellodesugloria.org

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