Reflexiones: Nacidos del Espíritu

NACIDOS DEL ESPÍRITU

Cita Bíblica: Juan 3:1-15

Por favor cambia tu mente a la forma de la de un niño para que puedas entender la Palabra que Dios tiene para ti hoy.

Siempre que escribo algún devocional o hablo acerca de algún tema me gusta empezar dando la regla principal que debe cumplir cualquiera que quiera que quiera aprender acerca de la palabra de Dios y es poner nuestro corazón como el de un niño.

Esto no lo hago por elegir una especie de firma o frase representativa sino porque es lo que Dios me ha enseñado a través de su Palabra. Jesús dice que ser como un niño es un requisito para entrar al Reino de Dios y que los misterios del Reino solo son revelados a los niños ¿Entiende ahora que esto, lejos de ser una frase de cajón, es una necesidad de todo cristiano?

Hago esta aclaración porque hace poco Dios me llevó a leer un fragmento en Hechos 1 donde Jesús les decía a los discípulos que iban a ser bautizados por el Espíritu Santo y me surgió una curiosidad sana (más que sana necesaria) por entender, verdaderamente, qué significaba esta afirmación. Ese día entendí que muchas veces nosotros solo estamos buscando el poder de Dios y hacer milagros para satisfacer nuestro ego y deseo de superioridad; pero no nos damos cuenta que la vida en el Espíritu Santo es mucho más que eso y que el Poder solo es consecuencia de una vida de comunión con Él.

Hoy, Dios reafirmó esta palabra con la palabra que cité al principio de este devocional y me gustaría que juntos pudiéramos desenterrar los maravillosos misterios que Dios tiene para enseñarnos en este precioso día:

1.     Un nuevo nacimiento:

Si es usted un cristiano que tiene muchos años de conocer el evangelio, seguramente habrá leído y estudiado muchísimas veces acerca de este tema; de hecho yo lo he hecho pero le planteó los siguientes interrogantes: ¿Realmente sabe lo qué significa? ¿Ha usted nacido de nuevo? ¿Sabe lo qué significa ser un hijo de Dios? ¿Vive usted de acuerdo a la carne o de acuerdo al Espíritu?

En el versículo 3, Jesús le dice a Nicodemo, un gran maestro de la ley que sabía mucho de la Biblia y de Dios, que tenía que nacer de nuevo para ver el Reino de Dios. Paradójicamente, Nicodemo no entendía a lo que Jesús se refería y pensaba que era una locura ya que no puedes entrar por segunda vez al vientre de tu madre y nacer por segunda vez. Jesús no se refería a esta clase de nacimiento, sino al nacimiento de agua y del Espíritu.

Bautizar significa sumergir o lavar. Recuerden que Juan el bautista en su predicación dijo que vendría alguien que bautizaría con Espíritu Santo y fuego. Los elementos agua y fuego son relacionados con las palabras Espíritu Santo y bautismo en muchas ocasiones ¿Qué relación tienen?

En el Antiguo Testamento, tanto el fuego como el agua eran representación del Espíritu Santo; por ejemplo recuerde el texto de Ezequiel de las aguas salutíferas o el fuego que alumbraba en el candelero de oro. Estos símbolos representan pureza, son símbolos de la obra que Dios hace en nuestros corazones para lavarnos y limpiarnos de toda maldad; el fuego representa la obra del Espíritu Santo quemando aquellas cosas de nuestras vidas que no son agradables a Dios aunque esto pueda doler por un tiempo; el agua representa la obra del Espíritu Santo limpiando nuestras maldades y regenerando nuestro ser.

Esto es, precisamente, a lo que Jesús se refiere cuando habla de bautismo y de nuevo nacimiento, y también cuando nos ordena a ser como niños; también es la razón por la cual Él mismo dijo que más valía para nosotros que se fuera para enviarnos al Consolador. Cuando dejamos que Dios actúe de esta forma en nuestras vidas, el resultado final es que volvemos a nacer, nos convertimos en nuevos seres regenerados por Dios, útiles para mostrar su amor al mundo; y plenamente libres para confiar en sus promesas y disfrutar de su amor; NOS CONVERTIMOS EN NUEVOS SERES QUE NO VIVEN EN LA CARNE SINO EN EL ESPÍRITU.

Le ruego que en este momento, detenga su lectura y dedique unos cuantos minutos para agradecerle a Dios por su infinita bondad y misericordia pues nos permite entender los grandes misterios de su verdad; y pidámosle juntos que haga esta obra en nuestras vidas depositando toda nuestra fe en Él.

2.     ¿Cómo puede hacerse esto?

Es la pregunta que tantas veces me he hecho y, considero, no solo yo sino muchos de nosotros que buscamos a Dios de corazón y queremos llegar a conocerlo de verdad, y que hemos gastado nuestros esfuerzos por hacerlo y nos hemos dado cuenta que no han valido la pena. Nicodemo le realizó esta pregunta a Jesús y Jesús le recriminó sabe mucho de la Ley pero no saber esto que le estaba enseñando. Muchas de las autoridades religiosas del tiempo de Jesús no creían que Él fuera el Mesías y buscaban hacer caer su reputación frente al pueblo, o bien hacerlo callar como fuera necesario, de hecho, muchos explican que Nicodemo haya buscado a Jesús de noche por esta razón ¿Qué pensarían los compañeros de Nicodemo si lo vieran hablando con aquél “blasfemo” que intentaban callar? ¿Qué opinión tendría el pueblo de sus autoridades religiosas si uno de sus principales estaba hablando con Jesús mientras otros hablaban en su contra?

Luego, Jesús le planteó un reto de proporciones gigantescas, teniendo en cuenta el contexto en el que vivía este hombre; y no solo su contexto social sino también sus pensamientos y racionalismo que le jugaban en contra. Jesús lo exhortó a creer en Él y le mostró que creer en Él era el único camino para nacer de nuevo.

Permítame citar textualmente los últimos dos versículos de este maravilloso pasaje, ya que en ellos está la clave para nacer de nuevo:

“Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él CREE, no se pierda, mas tenga vida eterna.”

Toda la predicación de Jesús se basaba en la enseñanza de la vida eterna, esta vida eterna es el conocimiento del Padre y solo se puede llegar al Padre a través de Él, su Hijo. Esta vida eterna y conocimiento de Dios es la síntesis de toda la belleza, felicidad, plenitud, paz y todo estado de bienestar humano que trasciende ampliamente lo que podemos imaginar. Jesús reta a Nicodemo a creer que Él es el Hijo de Dios y que sería levantado como la serpiente en el desierto. He ahí la clave, he ahí el único requisito y el llamado de esperanza más grande que podamos recibir. YA NO ESTAMOS PERDIDOS SI CREEMOS EN CRISTO, HEMOS SIDO ENCONTRADOS PARA TENER VIDA ETERNA.

QUE DIOS TE BENDIGA

“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
Sino que en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche.
Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,
Que da su fruto en su tiempo,
Y su hoja no cae;
Y todo lo que hace, prosperará”

Salmo 1:1-3

Autor: Juan Felipe Caro Valencia

Escrito para www.destellodesugloria.org

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