Reflexiones: Morita y la poliomielitis

Un Destellito En Las Manos De Dios

asiaticaEn Japón se vivió la siguiente historia. Se trataba de una joven llamada Morita San. Cuando tenía dos años enfermó de poliomielitis que la dejó sin poder caminar, y cuando lo hacía era con mucha dificultad debido a los fierros que apretaban sus piernas. Sus padres, profesantes del hinduismo, creían que Morita estaba así por los pecados de uno de sus antepasados, y que les hizo ocultar a su hija cada vez que eran visitados. Permanentemente la chica se preguntaba por qué era así, sin encontrar respuesta. En cierta oportunidad recibieron la visita de un misionero, y que no les dio tiempo a los padres para ocultar a su hija. Éste misionero habló amablemente con ella y les dio testimonio de Cristo Jesús, y antes de retirarse le regaló a Morita un Nuevo Testamento. Esperanzada, leyó con avidez el Libro, buscando respuesta al porqué era así, diferente a los demás, y la halló. Desde aquél día no dejó de seguir a Jesús.

Morita y la poliomielitis

Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?   Romanos 9: 20.

Efectivamente usted tiene razón, querido lector. Morita encontró en la Palabra escrita la respuesta que buscaba, expresó Destellito. Son muchas las personas, hombres y mujeres, que portan una condición física que no es normal, y sufren la discriminación de algunos familiares, y de otros que conforman la sociedad, y seguramente se han preguntado más de una vez porqué son así. Sin duda, en esa condición, Dios tiene un propósito. El Señor le dijo a Pablo, “bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad”, 2a de Corintios 12: 9. Desde antes de la fundación del mundo, señala Destellito, el Señor lo tenía considerado a usted para un propósito o plan en la vida, pero Él le dado a usted la libertad para responder a ese llamado. Si acepta a Jesús como su único y suficiente Salvador personal, le amará como es, y no es todo, lo utilizará en la condición que esté.-

Por Oscar Olivares Dondero

Escrito para: www.destellodesugloria.org

 

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