Corazones

CORAZONES

vacio en el corazon

El corazón es una de las partes más sensibles, pero de las más importantes de nuestro cuerpo, la palabra de Dios nos hace mucho énfasis en guardar nuestro corazón como un tesoro, no anidar en él sentimientos de rencor, odio o resentimiento.

¨Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.¨ Proverbios 4:23 (RVR 1960).

En el día de hoy quiero hablarte específicamente de dos tipos de corazones que el Señor quiere que cambiemos.

En primer lugar están los corazones endurecidos: son los que no dejan que Dios los toque, aquellos que presentan apatías por las cosas del señor, y por lo tanto no los dejan avanzar, confiar ni escuchar la voz de Dios. Además de esto nos hacen dar mil vueltas en el mismo lugar, en medio del desierto, ejemplo claro, el pueblo de Israel dio vueltas y vueltas por 40 años por la dureza de su corazón.

¨Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones, Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, Donde me tentaron vuestros padres; me probaron, Y vieron mis obras cuarenta años. A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, Y dije: Siempre andan vagando en su corazón, Y no han conocido mis caminos.¨ Hebreos 3: 7-10 (RVR 1960).

No hagas que el Espíritu santo se disguste contigo por la dureza de tu corazón, dale la oportunidad que te quite ese corazón de piedra y lo convierta en uno de carne, así como Él lo prometió. ¨Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.¨ Ezequiel 36:26 (RVR 1960). No seas duro para perdonar, para amar, no te resistas a la presencia ni a los planes de Dios.

Por otra parte encontramos los corazones incrédulos: ¨Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.¨ Hebreos 3: 12-13 (RVR 1960).

 Las situaciones difíciles, los desiertos, pueden hacer que nuestra fe y nuestra confianza en Dios desaparezca, pero también nuestros errores y pecados nos conllevan a tener un corazón incrédulo, pues creemos y aceptamos las derrotas de este mundo, que provienen del enemigo, engañándonos para alejarnos de Dios, y nosotros por no creer en su palabra, de que somos libres, y que Jesús ya pago y perdonó nuestros pecados, caemos y nos dejamos engañar.

Dios estuvo disgustado con el pueblo de Israel por 40 años, pero aun así tuvo misericordia de algunos y los dejo ver la tierra prometida, fueron los que  creyeron, los valientes y obedientes.

¨ ¿Y con quiénes estuvo él disgustado cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto? ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron? Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad.¨ Hebreos 3: 17-19 (RVR 1960).

Quizás  llevas todo tu vida caminado en el mismo desierto, y tal vez sean  más de 40 años, y ves que la solución no es el dinero, ni las cosas materiales, la solución está en dejar que Dios toque tu corazón, el cual puede estar duro, insensible, incrédulo, lleno de dolor y sentimientos negativos, y mientras eso este ahí, Dios no podrá depositar grandes cosas en ti.

Autora: Jessica Terán

Escrito para: www.destellodesugloria.org

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