Lo que tengo te doy

Lo que tengo te doy

lo que tengo te doyNo puedes dar lo que no tienes, Pedro dio lo que el Señor le dio. Recibió cien veces más, ahora él estaba lleno para poder dar. Es como si Pedro hubiera dicho: “no tengo lo que tú quieres, pero tengo lo que Dios me dio para darte”. No tienes que dar más de lo que el otro está necesitando, porque no lo va a valorar y si lo haces, en realidad lo estás haciendo por ti, porque  te sientes culpable.

Hay que dar lo que el otro está necesitando, no dar por culpa, por necesidad, ni por manipulación.

Pedro le dijo al cojo: “míranos” no le dijo: “mírame” (no lo menoscabó a Juan) sabía trabajar en equipo, no importa quien haga el gol, somos un equipo unido por el Señor, somos una familia y le vamos a decir a Argentina, a Venezuela, Costa Rica, Puerto Rico etc. “míranos”. ¡Y nos  levantaremos y  saltaremos de alegría!

Dios te da la palabra, te da el sueño y cuando lo aceptas, te  atas al sueño, ¿qué es lo que te ata a ese sueño? La fe, ella te conecta al sueño, no necesitamos emoción, la fe viene cuando oímos la Palabra de Dios que está atada a ese sueño, cuando estoy enfocado en mi sueño, entonces estoy conectado a mi destino, yo vivo conectado a eso, a lo que Dios me prometió.

“Dios levanta del polvo al pobre”, en el polvo hay basura pero puede haber también una sorpresa, por ejemplo puede haber un reloj de marca, ¿qué harías si te encontrarías uno? seguramente lo agarrarías, ¿por qué? Porque tiene valor.

Dios caminó y nos encontró en la basura y nos levantó y nos sentó con príncipes. Un príncipe es alguien que tiene un sueño.

Yo miro mi sueño, miro al Señor y estoy enfocado pero me doy vuelta y miro otra cosa y me enojo por otra cosa, de pronto me giro y me vuelvo a enfocar y luego alguien me llama y me distraigo de nuevo. El salmo 34 dice: “los que vieron al Señor fueron alumbrados” ya sé por dónde ir para alcanzar mis sueños, Dios te va a alumbrar si lo miras, si miras a la gente la luz se apaga. Tienes que ver tu sueño y lo que dice el Señor. Pero ¿cómo llego a alcanzarlo, sin que mi enemigo me moleste constantemente y perturbe mi vida? Si hablo mal de alguien el diablo tiene autoridad sobre mi boca, tienes que chequear cada día que no haya una puerta abierta.

 ¡Si mantengo la crítica y el chisme,  el enemigo entra por la ventana!

Un hombre en manos de un Dios santo es un arma temible. Tienes autoridad sobre satanás, viviendo en santidad. El chismerío te roba autoridad espiritual, cerramos toda puerta a la autoridad del diablo. Satanás te da pero después te cobra caro, pero “el que anda en integridad no resbalará jamás”. Resuelvo los problemas rápidamente. Cuando guardamos y vamos añadiendo cosas terminamos odiando al otro. Hay que atacar al verdadero problema, el problema nunca es el otro, siempre es interno. Por ejemplo: una mujer vino a la iglesia y ella se quejaba mucho de todo, cuando el pastor la habló, en realidad lo que ella tenía era un problema sexual, hacía dos años que no disfrutaba del sexo con su esposo. “Cuando guardas lo que te pasa, terminas odiando y fastidiándote por todo”.

Si Pedro y Juan se hubieran peleado, el cojo hubiera quedado postrado para siempre. Somos el equipo soñado de Dios para hacer los últimos goles de la historia.

Somos sacerdotes para Dios: hay que cuidar que el fuego no se apague, tiene que estar encendido las 24 horas. Los israelitas lo hicieron por cuarenta años. Dice un cuento: “Si se echa una rana a una olla con agua hirviendo, ésta salta inmediatamente hacia afuera y consigue escapar de la olla sin haberse quemado ni una pestaña.En cambio, si inicialmente en la olla ponemos agua a temperatura ambiente y echamos una rana, ésta se queda tan fresca dentro de la olla; pero cuando, a continuación, comenzamos a calentar el agua poco a poco, la rana no reacciona bruscamente, sino que se va acomodando a la nueva temperatura del agua hasta perder el sentido y, finalmente morir literalmente hervida.

Moraleja: “el enemigo te pone agua fría y te va cocinando”.

Te tienen que incrementar el fuego, tienes que juntarte con esa gente; “algunos te lo quieren apagar”. Cuida tu fuego, que yo cuido el mío.

¡No eres una ovejita, eres el general del ejército de Jesús! En el muslo Jesucristo tiene tatuado: “REY DE REYES”, CAMINA EN AUTORIDAD. Ese rey de la gloria está dentro de ti, cada día hay que ponerle más fuego. Llegamos al sueño disfrutando el camino; el Señor te dice: “¡levántate y resplandece!”

Autora: Silvia Truffa

Escrito para www.destellodesugloria.org

COMPARTE


Ahora puedes comentar con tu cuenta de Facebook: