Reflexiones: ¡No te contamines!

¡NO TE CONTAMINES!

DANIEL 1: 8

“Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse”.

Vivimos en un mundo, donde un día Dios se arrepintió de haber hecho al hombre por tanta maldad, pero su amor y su gracia son tan grandes que nos salva, y nos protege de toda esa maldad a los hijos de Dios.

Desafortunadamente el mundo, sus placeres, las modas, el ocultismo, la música, las falsas doctrinas, infinidades de cosas y mentiras han venido a influenciarnos y queriendo desviar nuestra FE y mirada del único y verdadero Dios.

Es importantes estar firmes y aferrarnos cada vez más al Espíritu Santo, el cual nos ayuda s discernir hasta lo más oculto que realice el padre de la mentira Satanás.

Cada día es bueno limpiarnos de toda contaminación, separar de nuestras vidas lo que nos contamino durante el día y desecharlo.

Así como Daniel, proponer en nuestro corazón, no contaminarnos con las obras del príncipe de este mundo, ya que cada día nos vemos afectados indirectamente, por los aires, por tierras, lugares que están dominados por demonios, incluso hasta empresas, negocios hogares, entre otros, que a propósito o por ignorancia, poseen objetos, cosas ocultas en los cuales son símbolos para atraer buena suerte, dinero, “protección”, adivinación, en los cuales nos contaminan pero no nos pueden tocar,  pueden ser una puerta por la cual tiene un derecho en el lugar que estén. Sin embargo debemos tener cuidado y estar alertas de no caer en trampas ocultas ya que está escrito que aun los escogidos serán engañados.

Pidamos sabiduría, discernimiento y revelación a Dios, y oremos por cada lugar que pisemos, por el nuevo barrio o casa en que vivas. Nunca dejes de cubrirte con la armadura de Dios para poder apagar todo dardo de fuego del maligno.

¡Con Cristo somos más que vencedores! Y él nos ha dado la potestad de ser libres, y vivir sin ataduras ni ligaduras y también de toda palabra de maldición que envíen contra nosotros durante el día, ya sea por envidias.

Podemos hacer un alto a tanta contaminación y echar fuera lo que no viene de Dios, porque hemos conocido la verdad y ella nos ha hecho libres!

¡Cubrámonos con la armadura de Dios!

Sólo él puede librarnos
de los peligros ocultos
y de enfermedades mortales.

Salmo 91:3 (Lenguaje Sencillo)

Autora: Kari Gazo

Escrito para www.destellodesugloria.org

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