¿Los Bienes Espirituales o los Bienes Materiales?
Un Destellito en las manos de Dios
Siempre la persona tendrá el deseo de prosperar, al menos así lo creo, dijo Destellito. La voluntad de Dios es que sus hijos no pasen penurias, “no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan”, dijo el salmista.
Es lícito tener como propósito en la vida el prodigarse de bienes que permitan a la familia mayor comodidad. Lo que no es lícito, es tener el corazón puesto en esos bienes, al extremo de envidiar a los otros que los tienen.
Se cuenta la historia de un rey de la India, que era religioso y muy rico, y que sin embargo demostraba absoluto desinterés por los bienes materiales, a pesar de tenerlos en abundancia. Cierto día, uno de sus súbditos quiso preguntarle al soberano el secreto de su gran fortuna, —Majestad, ¿Cómo puede mantener su vida espiritual en medio de tanta riqueza?
—Te lo revelaré, si recorres todo el palacio para que comprendas la magnitud de mi riqueza, pero llevarás una vela encendida, si se apaga serás decapitado. Al término del paseo, el monarca preguntó: — ¿qué piensas de mis riquezas?
—Prácticamente no observé nada, todo el tiempo me preocupé que la vela no se apagara.
—Ese es mi secreto. Vivo tan preocupado de mi vida interior, que las riquezas no son mi prioridad.
¿Los Bienes Espirituales o Los Bienes Materiales?
Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; no me des pobreza ni riqueza; mantenme del pan necesario. No confiéis en la violencia, ni en la rapiña; no os envanezcáis; si se aumentan las riquezas, no pongáis el corazón en ellas. A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Proverbios 30:8; Salmos 62:10; 1a de Timoteo 6:17.
Uno de los grandes problemas para el hijo e hija de Dios, es vivir sufriendo carencias materiales. A muchos les cuesta creer en la provisión del Señor en ésta área de sus vidas, y se enfrascan en una contienda consigo mismos, entre la revelación de la Palabra que les señala a confiar en las dádivas de Dios, y aquella que los presiona para dedicar más horas al trabajo para ganar más dinero. Recuerde que la Biblia enseña claramente y sin discusión que el que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. Efesios 4: 28. La voluntad del Señor siempre ha sido que sus hijos no pasen necesidades materiales, para ello se ha provisto de hijos e hijas que trabajan para que una parte de sus ganancias las destinen a los hermanos que no tienen suficiente, eso se logra mediante el amor al prójimo. El monarca de la historia, certeramente, enseñó a su súbdito que los bienes materiales no deben ser la razón para vivir. Dios tiene suficientes riquezas para compartir con aquellos que de corazón le buscan, enseñó finalmente Destellito.-
Autor: Oscar Olivares Dondero
Escrito para: www.destellodesugloria.org