Reflexión: El perrito lisiado
Un Destellito en las Manos de Dios
Hay personas que deben convivir con el dolor a cuestas durante toda la vida, algunas lo soportan bien y para otras es causa de una carga emocional severa, en ambos casos, se observa lo difícil que ha sido el proceso de adaptación en medio de una sociedad que a duras penas los acoge, hoy les comentaré el caso de un pequeño que, deseando dar y recibir cariño, además de querer superar la soledad, encontró la forma de hacerlo, expone Destellito.
Un granjero expandió la noticia que vendía unos cachorritos para tenerlos como mascota. Conocedores del cuidado que brindaba a los animales, fueron muchas las personas que acercaron interesadas en adquirir alguno. Un niño, aferrado a la cerca, dijo al granjero que deseaba comprar uno. — ¿Traes dinero?, preguntó el hombre. —Tengo treinta y nueve centavos, ¿me alcanzará para adquirir un perrito?, dijo el pequeño. Como respuesta, el granjero mediante silbidos llamó a Dolly, una perrita que acompañada de cuatro lindos y graciosos cachorritos, se acercó, moviendo la cola, a su amo. El niño se dio cuenta que otro cachorrito, a duras penas trataba de alcanzar a sus hermanos, — ¡ese cachorro quiero!, dijo entusiasmado. —Ese animalito no puede caminar bien, nació con una malformación en sus patas traseras, no podrás jugar ni correr con él, dijo el granjero. — ¡No importa, yo le compro ese!, dijo con seguridad, al tiempo que subía sus pantalones para mostrar una de sus piernas. Su pie estaba sujeto a una gruesa abrazadera de acero, a ambos lados de la pierna, llegando hasta un zapato especial, — ¿Se da cuenta, señor, que ambos seremos una buena compañía?, ya no me voy a sentir tan solo, agregó el pequeño impedido.
El Perrito Lisiado
Anduvieron perdidos por el desierto, por la soledad sin camino, sin hallar ciudad donde vivir. Salmos 107:4. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Juan 14:3.
La soledad, es quizás el mayor problema que tienen aquellos que deben cargar con algún impedimento físico. Sentirse incluido en la familia, en la escuela, en el barrio, en fin, en la sociedad misma, es el deseo de ellos, pero que no siempre se da. Existe una tendencia a rechazarlos o sentirse rechazados por diversas circunstancias, y muchas veces agravado por los complejos, especialmente por el de inferioridad. Creen que por tener una malformación o impedimento en el cuerpo, los hace personas inferiores a los demás, se han formado esa convicción desde adentro, de lo profundo del ser. Los israelitas experimentaron una soledad sin camino, es decir, sin salida. Sentían que no eran parte de una tierra, de una ciudad. No es extraño, entonces, que Jesús abordara el tema. Sabía que retornar a su Padre, haría que los discípulos y todos los que creyeron en Él, podrían sentirse solos, y se compromete a volver para llevarlos a un lugar que sería preparado, para nunca más separarse, afirma Destellito. El niño de la historia, aminoró su soledad adquiriendo un cachorro, podemos decir entonces que se abrió una puerta. No importa el tipo de impedimento físico que usted tenga, su limitación no es problema, ni su soledad lo es, ¿la razón? Jesús, el Señor, es el camino de salida para la soledad que lo invade, para superar también sus complejos, no tenga temor ni miedo, venga a la cruz y abrásela, abra su corazón y deje que Él lo cure de adentro hacia afuera, y le aseguro que nunca más se sentirá solo ni menoscabado, Jesús lo ama, declara finalmente Destellito.
Autor: Oscar Olivares Dondero
Escrito para: www.destellodesugloria.org