Reflexión: Cyprian, El Velero
Un Destellito En Las Manos De Dios
El 13 de octubre de 1881, zarpó desde el puerto de Liverpool, el barco velero “Cyprian” con destino al Mar Mediterráneo, al mando del capitán Strachan. La nave era una de esas antiguas que también tenían una turbina a vapor. Al poco tiempo de haber zarpado, comenzó a levantarse un suave viento, el que fue creciendo rápidamente hasta convertirse en un huracán poderoso. Vanos fueron los intentos del capitán por salvar el barco, y al ver que encallaría inevitablemente, ordenó abandonarlo, relata Destellito. Todos los tripulantes se pusieron los chalecos salvavidas, y uno a uno se lanzaron al mar, con la esperanza de ser arrastrados hacia la orilla. El capitán sería el último en abandonar la embarcación. Se había puesto el chaleco, cuando vio a un niño salir de su escondite, se trataba de un polizón, se les llama así a las personas que se embarcan sin pagar el pasaje y se esconden para no ser descubiertos. Sin reproche, el capitán se quitó el chaleco salvavidas, y se lo puso al pequeño. Ambos se lanzaron al mar, y después de una lucha titánica por sobrevivir, el niño salvó su vida, mientras que el capitán Strachan, pereció ahogado.
Cyprian, El Velero
Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.Romanos 5: 8.
Seguramente en muchos lugares se recuerda el sacrificio del capitán Strachan. Un hombre noble que permitió que un niño siguiera desarrollándose en el mundo. Hay que tomar en cuenta que era apenas un muchacho, recién conociendo la vida, quizás en ese trayecto haya conocido a Jesús, relata Destellito. ¿Podría afirmar que el capitán amó a ese niño?, pues, sí, le importó salvarlo. Jesús, no tenía por qué morir por el hombre y la mujer, se trataba de personas pecadoras, acostumbradas a hacer lo malo, con el corazón lejos de Dios Padre, sin cambios en su vida, hundidos en el pozo profundo de la oscuridad, el temor, los vicios, y la vida vacía, todos estos eran sus compañeros frecuentes. Dentro de todas esas tinieblas, se oye la voz de alguien, “Dios muestra su amor…” ¿a quién?, a los que no tienen oportunidad en la vida, a aquellas que no se sienten amadas, a los que no pueden evitar que el barco se hunda, un matrimonio que muere rato a rato, a ese que no entiende el maltrato de su madre, o también a esa esposa que es golpeada sistemáticamente, creyendo que a Dios Padre no le importa, y que se puede decir de la joven que carga el peso de las drogas, en fin, todos los que llevan una vida tal o semejante, son amados por Jesús. No le importa a Cristo su situación personal, de verdad que no le importa, venga a la cruz tal como está, y Él lo recibirá con gozo, lo verá a usted, y dirá: “mi sacrificio no fue en vano”.-
Por Oscar Olivares Dondero
Escrito para: www.destellodesugloria.org