Destellito: El Plato de Comida

Un Destellito en las manos de Dios.-

Dios Creador se preocupó de cada detalle para hacer placentera la vida, que no sólo proporcionó a los hombres de todo lo necesario para vivir sobre la faz de la tierra, que él mismo había creado, sino que también les dio aquellas cosas adicionales que son necesarias para que tengan un mejor estilo de vida.

Debemos lamentar que el ser humano no ha sido disciplinado en el uso de lo que Dios le dio, cayendo en excesos que generalmente lo enferman, expresó Destellito.

El Plato de Comida.-

En una casa de una ciudad latinoamericana, se festejaba el aniversario de matrimonio de una pareja muy amada por sus hijos. Estos decidieron celebrar a sus padres preparándoles un buen almuerzo, rico en carnes, ensaladas surtidas, y diversas exquisiteces extras, comenzó a relatar Destellito.

Como los festejados tenían ya su edad, incluso el primer bisnieto ya venía en camino, estaban acostumbrados a servirse un plato de sopa antes que cualquier otra cosa, y los hijos, conocedores de la preferencia de sus padres, encargaron a una de sus hermanas que la preparara, ésta puso harta diligencia en su preparación. Con satisfacción llevó el plato para que sus papás la disfrutaran. El gesto que hicieron cuando se sirvieron la primera cucharada fue notorio a todos, la hija había olvidado echar sal a la sopa.

La Palabra de Dios, la Sagrada Biblia dice en Lucas 14: 34, “Buena es la sal, más si la sal se hiciere insípida, ¿con qué se sazonará?”.

Cristo Jesús, afirma que la sal es buena, contrario a muchos médicos y terapeutas de hoy que no lo creen así. El punto es abusar del consumo de sal. Los hijos y las hijas de Dios deben ser buenos sazonadores en el mundo. Son los que le dan sabor a la vida con su alegría, con sus buenas costumbres, con el ejemplo, a un mundo que se pudre. La sal significa llevar un buen estilo de vida, que permita a los no creyentes desear lo mismo. Debe incluso dominar el lenguaje, Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis como debéis responder a cada uno”, Colosenses 4:6. No puede permitirse el creyente no estar sazonado, ser desabrido; si no es sal, ¿Cómo podrá influir sobre los demás con el mensaje de salvación? Si no habla con la gracia que otorga la sal, ¿Cómo convencerá al que no cree? Las personas no recibirán palabra alguna si no es hablada con sabor. De la misma manera que los festejados no pudieron saborear el plato de sopa por no estar sazonado, así también, los oyentes tampoco podrán disfrutar de un mensaje dado por alguien que no tiene sazón en sí mismo, terminó diciendo Destellito.-

Autor: Oscar Olivares Dondero

Escrito para: www.destellodesugloria.org

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