Su Presencia va a enderezar lo torcido y todo te saldrá bien

Su Presencia va a enderezar lo torcido y todo te saldrá bien

su presencia

Cuando a mi pasado lo pienso, lo reflexiono y aprendo de él, ya no es más pasado, porque lo transformé en “experiencia”. Ahora sané mi pasado y lo transformé en potencial para mi hoy, para mi mañana y para quienes me rodean.

Mediante escaneos del cerebro, se descubrió que cada vez que recordamos algo agradable, se activan en nuestro cerebro las mismas emociones que sentimos en el momento que vivimos esa linda experiencia, de manera que podemos revivirla cada vez que la recordemos. Dios te va a dar experiencias lindas que las vas a revivir una y otra vez.

Y no importa si la experiencia dura cinco horas o dura un minuto, lo que importa es la intensidad. Lo que hace que las experiencias queden marcadas es la intensidad. No es cierto que si te vas cuarenta días al Caribe vas a ser feliz, porque podés vivir una experiencia de dos minutos de tanto impacto que la experiencia emocional se marque para toda tu vida. Por eso, la gente feliz no es gente que busca experiencias largas sino experiencias intensas. Por otro lado, también se descubrió que las experiencias más intensas son las inesperadas, las sorpresivas: cuando alguien viene con un regalo, cuando alguien te sorprende con un beso, un abrazo, algo que no esperabas.

Dios no solo preparó muchas experiencias grandes, sino que también preparó sorpresas inesperadas, raras, maravillosas, que te van a marcar en el nombre de Señor.

En la historia de la Biblia hay una familia que vivía en Belén. Belén quiere decir “casa de pan”. Esta familia era un matrimonio: Elimelec y su esposa Noemí, que tenían dos hijos varones Mahlón y Quelión. Belén es una ciudad bendecida: Jesús nació en Belén y también en Belén, David fue ungido como rey.

Además de ser una ciudad bendecida, Belén que es una ciudad santa: representa la presencia de Dios, representa congregarse, representa amar la palabra, representa buscar al Señor. Pero la historia cuenta que vino el hambre y esta familia cometió un error: se trasladaron a Moab, que era una ciudad maldecida. Los judíos no se juntaban con los moabitas. (Moab nació del incesto de Lot con sus hijas, cuando lo emborracharon y las hijas se acostaron con el papá, por eso Moab era una ciudad maldecida).

Y esta familia, como había hambre en Belén se fue a Moab. Sólo un pariente se quedó: Booz. En Moab, los hijos de este matrimonio conocieron a dos chicas Orfa y Rut, se casaron y formaron sus familias. No sabemos qué pasó, pero los tres hombres, el marido de Noemí y sus dos hijos, se murieron. Y de pronto, llegó todo el dolor: tres mujeres viudas, tres entierros, tres duelos terribles en medio del hambre. Pero dice la historia que Noemí con las dos nueras se enteraron que en Belén había prosperidad, había “casa de pan”, y entonces decidieron ir a Belén. ¿Cuál fue el error de esta familia? Ellos nunca se tendrían que haber ido de Belén.

Belén representa la presencia de Dios: nunca dejes de congregarte, de amar al Señor. No importa que haya hambre, Dios va terminar bendiciéndote y prosperándote. Vos seguí orando, seguí declarando, seguí creyendo, seguí buscando al Señor, porque Belén es “casa de pan”, y a la larga o a la corta, en Belén va a haber bendición.

Cinco veces se la nombra a Rut en el libro de Rut. Las cinco veces se la llama “Rut la moabita”, pero la sexta vez, cuando Booz se casa con Rut, se la llama “Rut”, porque cuando tú tienes a Jesucristo, tu pasado quedó cancelado: ya no hay más Moab. Él es el único que nos ama y Él es el único que ha extendido su manto para abrazarnos y cubrirnos con su gloria.

Y dice la historia bíblica que Booz se casó con Rut y tuvieron un hijo al que llamaron Obed, que significa “el que adora”. ¡Todo lo que nazca de tu amor con Jesucristo va a terminar cantando una nueva canción al Señor!

Por Silvia Truffa

Escrito para www.destellodesugloria.org

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