Los pasos hacia atrás no siempre son retrocesos

Los pasos hacia atrás no siempre son retrocesos

Después de un receso de un mes a cargo del ministerio que el Señor me ha dado, pude observar unas cuantas cosas. Tal parece que el detenerme a un costado del camino me hizo bien, toda vez que en la vorágine de apuros, plazos y presión de trabajo uno no se da cuenta de lo que realmente está pasando –O NO ESTA PASANDO– a su alrededor.

Entre otras cosas me dí cuenta de que tenía hermanos comprometidos con nuestro equipo de trabajo pero hacía mucho tiempo que no teníamos trabajo para ellos en esas áreas. Es por ello que resolví liberarlos de su compromiso.

Esto implicó directamente un “achique”. Fue literalmente dar pasos hacia atrás, pero pronto comprendí que estos pasos hacia atrás a veces son necesarios. Esto me permitirá reestructurar nuestro equipo desde una situación de partida más sólida, más estable, más genuina desde el punto de vista funcional.

Pero más allá de las cuestiones ministeriales, pude comprender que en el ámbito de la vida, muchas veces es necesario que suceda lo mismo. Tal vez vemos esta clase de retrocesos como algo malo, desde una perspectiva conceptual negativa, sin darnos cuenta de que con frecuencia nos aventuramos en planes y proyectos, emprendemos nuevas cosas en un sincero afán de progresar, de mejorar, pero no siempre en la dirección o sentido correcto.

Como dicen los jugadores de fútbol: “hay que parar la pelota”. Con el balón detenido, el jugador puede observar la situación en el campo de juego, la posición de sus compañeros y también la de sus rivales, dar tiempo a reubicaciones y pensar rápido en una estrategia mejor. En un mismo sentido, cuando a un jugador le toca patear un penal vemos que necesita retroceder unos pasos antes de ejecutar. Ello le da la oportunidad de observar al portero (“arquero”, le decimos en Argentina), calcular el disparo en la dirección adecuada y darle el impulso y efecto necesarios a la pelota para que se pierda en el fondo del arco.

Es lo mismo que sucede en el mundo de las computadoras. Hay sistemas operativos que poseen la función “Restaurar sistema”. Esto literalmente significa retrotraer el sistema a una situación de funcionamiento anterior. Es necesario cuando un nuevo programa quedó mal instalado o en lugar de aportar mejoras, funciona mal o crea inestabilidades en el sistema. Restaurar el sistema a un punto anterior es retroceder algunos pasos, pero una operación absolutamente necesaria para aportar una base, un punto de partida sólido, coherente, confiable, para el futuro funcionamiento del equipo.

Amada/o: Es absolutamente necesario detenerse de vez en cuando a un costado en el camino y observar con cuidado lo que hay por delante y lo que quedó atrás. Y no te sientas mal si ves que es necesario tener que volverse unos cuantos pasos, todos los que sea necesario. A veces “un achique” aporta una base sólida. No siempre las bases “grandes” son las más estables y confiables.

Los pasos hacia atrás no siempre son retrocesos.

Autor: Luis Caccia Guerra

Escrito para www.mensajesdeanimo.com

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