Reflexión – Gozoso de estar en prisión

GOZOSO DE ESTAR EN PRISION

prision-bibleConocí un caso muy fuera de serie en el cual el tema del libro “Cuando lo que Dios hace no tiene sentido” es bastante cierto.

Me encontraba en el centro judicial del lugar donde trabajo, cuando me llama mi madre si yo andaba en los juzgados ya que una hermana de la iglesia (hermana de la cual yo nunca había visto que llegara a la congregación) me había visto por ahí, el caso es que me pidió de favor pasar a ver una vista publica (juicio) de un hermano en Cristo que estaba siendo procesado por el delito de homicidio agravado en grado de tentativa.

La verdad que yo nunca había visto a ese hermano en la congregación pero él si me conocía ya que cuando llegué a la sala de audiencias me identifiqué con los custodios y él me reconoció como miembro de la iglesia.

Comenzamos a platicar y a comentarme que lo había hecho por que le ofrecieron 300 dólares por ello y que su necesidad era mucha.

Al conocer de su propia boca que era culpable lo único que yo podía hacer es darle palabra de ánimo porque sabía que no saldría libre de ese lugar, comencé a decirle que su familia estaría bien y que él nunca debía de renegar de lo que Dios hace porque planes de bien y no de mal tiene preparados para nosotros.

La verdad es que al final quien salió con motivación, solo de escucharlo, fui yo porque es una persona que primeramente sabía que era culpable y me decía que Dios no tendrá por justo al injusto por lo que debía de pagar por los hechos que había cometido

Me comentó que de no ser así quizás nunca hubiese predicado la palabra ya que se había incorporado a una iglesia que funciona dentro del penal donde se encuentra recluido.

También me dijo que es un lugar muy feo y las condiciones de vida eran difíciles pero que Dios lo había llevado ahí para compartir de la palabra a mucha gente que lo necesitaba.

Yo me quedé con la boca abierta de escuchar los testimonios de los que ya había sido participe este hermano en esa iglesia dentro del penal, estaba siendo usado de una manera tan grande que a la verdad era mejor que estuviera adentro haciendo la obra de Dios que afuera del penal sentado en la silla de una iglesia.

Me dijo que de ese lugar (el juicio) saldría con lagrimas es sus ojos, triste por haber actuado mal y hacer sufrir a su familia pero que al mismo tiempo saldría gozoso de regresar a aquel lugar porque continuaría llevando el evangelio a muchas personas.

Al final del juicio no se pudo hacer mucho, fue condenado a trece años de prisión, creo que a ninguno de nosotros nos gustaría estar privado de libertad ese tiempo con la finalidad de predicar el evangelio.

Solamente he leído de un hombre que en la cárcel se gozaba de estar ahí, con penalidades pero haciendo la obra de Dios, ese hombre fue Pablo quien desde la cárcel escribió las cartas paulinas del Nuevo Testamento, que al igual que ese hermano compartían la palabra en la cárcel y las personas lo escuchaban y eran bendecidos por él.

Al final lo que Dios hace en un momento no tiene sentido porque no es de un hijo de Dios atentar contra la vida de otro ser humano, pero esa fue la manera que Dios utilizó para que este hermano llevara el evangelio a los que ya cumplían una condena en ese penal.

Difícil de entender para muchos porque las cosas pasan así pero son los designios de Dios para hacer entender al hombre sus malos caminos y al mismo tiempo hacer cumplir la gran comisión encomendada a cada cristiano: id y hacer discípulos a todas las naciones.

No esperes que algo fuera de lo normal o de contexto te ocurra para comenzar a hacer la obra de Dios, aprovecha cada momento para compartir con los demás las maravillas de Dios.

Autor: Rene Pleitez

Escrito para www.devocionaldiario.com

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