Devocional – De la Nada

Tema: “De la Nada”

Lectura: Génesis 1:1-13

nadaNada. Absolutamente nada. No hay luz. No hay cielo. No hay tierra. Es algo incomprensible para nuestro pensamiento finito -el estéril estado de la nada que existía antes de Génesis 1:1.

Luego de repente, por medio de la obra del Todopoderoso, Dios suplantó ese estado de la nada por “los cielos y la tierra”. La mano divina se extendió a través del vacío y produjo un lugar, un mundo, un universo. Por medio de la magnífica convergencia de las obras del Altísimo -con el Hijo representando la voluntad del Padre como el Agente de la creación, y el Espíritu Santo como la Presencia que se mueve sobre la faz del abismo- la nada se convirtió en algo. La historia comenzó su larga marcha hacia el presente.

El primer versículo de Génesis nos ofrece suficientes conceptos para meditar durante toda una vida. Esa declaración introductoria habla de suficiente gloria, suficiente majestad, suficiente sobrecogimiento para dejarnos estupefactos de Dios. Así como hoy no tendríamos vida, aliento ni existencia sin Su acción sustentadora, tampoco tendríamos al cosmos sin Su poderosa acción en la creación.

Con respeto reverencial nos preguntamos qué fue lo que pasó antes de “el principio”. Con entrecortada alabanza nos maravillamos ante las palabras “creó Dios los cielos y la tierra”. Leemos y nos levantamos en adoración. ¡Jamás “Nada” ha sido tan fascinante!

Reflexión: La naturaleza no es sino un nombre para un efecto cuya causa es Dios.

COMPARTE


Ahora puedes comentar con tu cuenta de Facebook: