Franjas en los bordes de sus vestidos

Tema: «¿Franjas en nuestros vestidos?»

Texto: Números 14: 37-41

«Habla a los hijos de Israel, y diles que se hagan franjas en los bordes de sus vestidos…..Y os servirá de franja, para que cuando lo veáis os acordéis de todos los mandamientos de Jehová, para ponerlos por obra; y no miréis en pos de vuestro corazón y de vuestros ojos»

De todos es sabido que el pueblo de Israel era un pueblo rebelde y de dura servís. Algunos de nosotros en algún momento nos hemos puesto a pensar, del ¿Por qué eran así?, pero si nos ubicamos hoy en día podemos ver que no hay mas diferencia que los mas de tres mil años que han pasado.

Dios después de batallar tanto con los israelitas para que sean un pueblo obediente, llega a un momento en donde al ver su rebeldía y su poco anhelo de acordase de El, les impone una acción.

¿Cuál era esta acción?, bueno era una acción fuera de serie, al propio estilo de Dios, ahora tenían que utilizar Franjas en los bordes de sus vestidos. Es decir como que hoy en día Dios nos dijera que en los ruedos de nuestros pantalones o en las mangas de nuestras camisas tendríamos que utilizar un listo de cierto color.

¿Para que estas Franjas?, sencillo, «para que cuando lo veáis os acordéis de todos los mandamientos de Jehová, para ponerlos por obra» (v.39).

Hay momentos en nuestro caminar en donde Dios tendrá que poner ciertas reglas para que no nos alejemos de su divina voluntad. ¿Pero para que llegar hasta ese momento?, ¿Por qué permitir que eso ocurra, cuando lo podemos evitar?

No creas que era un atuendo de orgullo el hecho de andar con franjas de colores en los vestidos, es mas me atrevería a decir que para los mas concientes era hasta una acción que denotaba su rebeldía y su falta de compromiso con el Señor, y por esa razón podría haber sido hasta una situación vergonzosa.

Imaginate tu, con una pulsera del color mas fuerte que exista, la cual significaría que debes de acordarte de no pecar y de agradar a Dios, la cual te fue impuesta porque no lo estabas cumpliendo. ¿Cómo te sentirías?, ¿Orgulloso?, ¿Orgulloso de que?, ¿De que has sido un pecador de primera y por esa te pusieron en esta situación?

No permitamos que nuestro pecado nos lleve a tal punto, Dios ama al pecador, pero aborrece el pecado. Definitivamente el pecado avergüenza, pero la mayor vergüenza de un hijo de Dios es el saber hacer el bien y no hacerlo.

Es hora de que sin la necesidad que Dios nos reprenda, comenzar a hacer su voluntad y dejar el pecado que nos agobia.


Autor:
Enrique Monterroza

Escrito para: https://reflexionesydevocionales.blogspot.com

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