Un retoño de dos mil años

Tema: “UN RETOÑO DE DOS MIL AÑOS”

Lectura: Salmos 92:12-15

En junio del 2006, doctores y científicos israelíes germinaron exitosamente la semilla de una palma de dátiles de dos mil años de antigüedad. Encontrada en la fortaleza herodiana de Masada en la orilla occidental del Mar Muerto, la semilla fue etiquetada como “Matusalén”, en honor al hombre con la mayor edad registrada en la Biblia (Genesis 5:27). Además del desafío de despertar una semilla aletargada desde hacía mucho, el equipo también quería aprender más acerca del árbol alabado en las Escrituras por su sombra, alimento, belleza y cualidades medicinales.

La palma datilera tiene un papel importante en la Biblia. En el Antiguo Testamente, el árbol está relacionado con el templo y la presencia de Dios. El Nuevo Testamento describe a emocionadas multitudes alabando a Dios y arrojando ramas de plama a los pies de Jesús cuando entrá en Jerusalén montando en un burro.

La promesa de Dios de bendecir al mundo por medio de un descendiente de Abraham también se mantuvo aletargada por dos mil años (ver Genesis. 12:1-3). Finalmente, la Semilla de la promesa germinó. Esa Semilla fue Jesús, el Mesías largamente esperado. Pronto la historia de Su vida resucitada se exxtendió a toda nación sobre la tierra.

El milagro es ahora nuestro para experimentarlo. El tiempo no es un factor. Tampoco lo es el suelo árido de las circunstacias. Todo lo que importa es que permitamos que nuestros corazones sean el suelo en el que Cristo sea bienvenido y adorado.

Reflexión: Dios nunca hace una promesa que no cumplirá.

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