Entrenando para la vida

Tema: «ENTRENANDO PARA LA VIDA»

Lectura: 1 Timoteo 4:1-11

Cuando Dean Karnazes completó la Maratón de Nueva York de 42 kilómetros en noviembre del 2006, se marcó el final de una hazaña casi imposible de resistencia. Karnazes había corrido 50 maratones en 50 estados en 50 días. Entre las hazañas de ultra resistencia de este atleta se incluyen: correr 563 kilómetros ininterrumpidos, hacer ciclismo de montaña 24 horas sin parar y nadar cruzando la Bahía de San Francisco. Ese nivel de buena forma física requiere de un entrenamiento incesante y dedicado.

Pablo le dijo a Timoteo que la buena forma espiritual también demanda muchos más que un enfoque relajado para vivir una vida que honre a Dios. En una cultura marcada por la falsa enseñanza, junto con formas extremas de permitirse excesos y abnegación, Pablo escribió: «Disciplínate (entrénate) a ti mismo para la piedad, porque el ejercicio físico aprovecha poco, pero la piedad es provechosa para todo, pues tiene promesa para la vida presente y también para la futura» (1 Timoteo 4:7-8).

Nuestros cuerpos y nuestras mentes han de dedicarse a Dios y prepararse para Su servicio (Romanos 12:1-2). La meta no es obtener músculos espirituales sino piedad – una vida que sea agradable al Señor. El estudio vigoroso de la Palabra, la oración centrada y la disciplina corporal; todo, es parte del proceso.
La medida en que entrenamos afecta grandemente a la manera en que corremos nuestra carrera de la vida.

Reflexión: El ejercicio piadoso es la clave para el carácter piadoso.

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