¿Prometes y no cumples?

Tema: Promesas y más promesas

Texto: Eclesiastés 5: 4, 5

«Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes.

Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas».

El día que entregue mi vida al Señor, le hice la promesa de servirle por toda mi vida, fue el uno de Febrero de mil novecientos noventa y ocho cuando yo un joven de dieciséis años le dije: «Señor te quiero servir por toda mi vida».

Hoy a casi once años de esa promesa puedo decirle al Señor, misión cumplida hasta el momento, han pasado los años y no ha había momento en el que no le este sirviendo de una u otra forma.

Pero ¿Que de aquellas promesas extra que he le he hecho durante todos estos años?, aquellas que una y otra vez le he prometido y no las he cumplido.

¿Te ha pasado lo mismo?, ¿Ha habido momentos en tu caminar cristiano, en los cuales le has hecho un sin fin de promesas a Dios y no se las has cumplido?.

Bueno si te identificas conmigo en eso, quiero recordarte y recordarme a la vez que la Palabra de Dios dice que cuando a Dios hagamos promesas no tardemos en cumplirlas.

Hay momentos en la vida en las que pareciera que esas promesas son muy difíciles de cumplir, pero ¿Fue acaso Dios quien te obligo a prometer?, definitivamente no fue el, somos nosotros mismos, quienes llevados por la emoción comenzamos a prometer muchas cosas de las cuales sabemos que a lo mejor no cumpliremos, como la tan tradicional promesa de: «Señor, ahora si me meteré mas contigo, orare mas, leeré mas la Biblia, etc.»

Porque por un momento no reflexionas sobre la importancia que tiene para Dios, no tanto las miles de promesas que te emociones en querer cumplirle o prometerle, sino mas bien ser sincero contigo mismo y evaluar tu relación personal con él y fijarte una promesa de TODAS las que quieras prometerle y esa sola promesa, tratar por todos los medios posibles de cumplirla.

Dios no esta interesado en miles de promesas que quieras hacer, Dios esta interesado en un corazón sincero y humilde que sepa lo que promete y mas aun, que cumpla las pequeñas promesas que un día hizo.

Es hora de decirle a Señor:

«Dios mío, perdóname por las miles de promesas que he su momento te he hecho, este día quiero comenzar a cumplir lo que prometo y no a prometer lo que no cumplo, quiero que tomes mi vida y me hagas nuevo y que me des la fuerza y el dominio propio para entender que a ti te agrada la obediencia y no el sacrificio».


Autor: Enrique Monterroza

Escrito para: https://reflexionesydevocionales.blogspot.com

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