Enfocados a Cristo

Tema: “CRISTALES QUEBRADOS”

Lectura: Salmos 141

Comencé a usar anteojos cuando tenía diez años. Siguen siendo una necesidad porque mis ojos de cincuentaitantos años están perdiendo su batalla contra el tiempo. Cuando era más joven, pensaba que los anteojos eran una molestia en especial al hacer deportes. Una vez, los cristales de mis anteojos se quebraron mientras estaba jugando a la pelota. Tardé varias semanas en cambiarlos. Mientras tanto, lo veía todo torcido y distorsionado.

En la vida, el dolor a menudo funciona como los cristales quebrados. Crea dentro de nosotros un conflicto entre lo que experimentamos y lo que creemos. El dolor puede darnos una perspectiva muy distorsionada de la vida y de Dios. En esos momentos, necesitamos que nuestro Dios nos provea de nuevos cristales que nos ayuden a ver otra vez con claridad. Esa claridad de visión generalmente comienza cuando volvemos nuestros ojos al Señor. El salmista nos alentó a hacerlo: “Porque mis ojos miran hacia Ti, oh DIOS, Señor; en Ti me refugio, no me desampares” (Salmos 141:8). Ver a Dios con claridad nos puede ayudar a observar las experiencias de la vida también con mayor claridad.

Al volver nuestros ojos al Señor en momentos de dolor y de lucha, experimentaremos diariamente Su consuelo y esperanza en nuestras vidas. Él nos ayudará a verlo todo de nuevo con claridad.

Reflexión: Enfocar a Cristo le da perspectiva a todo.

COMPARTE


Ahora puedes comentar con tu cuenta de Facebook: