Un Cristiano en nombre solamente (David Wilkerson)

Un cristiano en nombre solamente

por David Wilkerson

david-wilkerson4El profeta Isaías le dijo a Israel: “…porque como Sodoma publican su pecado, no lo disimulan” (Isaías 3:9). Estas palabras también describen a América ahora mismo. Nuestra nación ha pecado como Sodoma. Nos hemos convertido en una sociedad donde cualquier acto impío puede tomar lugar sin trazo de vergüenza. Creo que América ha llegado al mismo borde del abismo.

Hasta el mundo concuerda que las cosas han ido muy lejos. Recientemente leí un reporte en un periódico que citaba a estrellas de ‘rock’ quienes se habían hecho famosos años atrás por sus actos inmorales en MTV. Hoy, estos mismos músicos están pasmados por la horrible basura que está siendo vomitada sobre América. Ellos dicen que la inmoralidad que esta tomando lugar es la peor que hayan visto. Solo unos pocos años atrás, estos artistas se enorgullecían porque la inmoralidad había llegado a nuevas alturas. Ahora ellos sacuden la cabeza asqueados por lo que ven. Ellos admiten, “Ni nosotros podemos soportar lo que esta pasando hoy en día. Este país claramente ha sobrepasado la línea.”

¿Cómo responderá el Señor a nuestra desvergüenza? Cuando la maldad abundaba en Israel, Dios contesto con ruina económica y depresión. Parece que la única forma que el puede conseguir la atención de la gente es quitándole el sustento: “…el Señor Jehová de los ejércitos quita de Jerusalén y de Judá al sustentador y al fuerte, todo el sustento de pan…” (Isaías 3:1). Esta claramente significa desastre económico.

Yo creo que la penuria económica es también la única forma en que Dios puede captar la atención de América. ¿De que otra manera puede echar mano de un nación loca por el pecado que no sea afectando la billetera de cada persona? El nos esta diciendo, como le dijo a Israel, “Voy a molestar tu economía. Vas ver como corto tus años de prosperidad.”

Isaías entonces describe una escena extraña: “Echaran mano de un hombre siete mujeres en aquel tiempo, diciendo: Nosotras comeremos de nuestro pan, y nos vestiremos de nuestras ropas; solamente permítenos llevar tu nombre, quita nuestro oprobio.” (Isaías 4:1). Siete vírgenes estaban tratando de hacer un arreglo especial para casarse con cierto hombre. Pero, ni amor ni cortejo fue mencionado en este arreglo. Ni una palabra se susurra acerca de un compromiso, intimidad, dejando a otros y manteniéndose fieles.

¿Qué esta pasando aquí? Isaías nos esta diciendo, “Estas mujeres no quieren a un esposo que pudieran amar o quien supliera sus necesidades. Todo lo que querían era el nombre de este hombre. Están buscando un matrimonio sin amor ni compromiso, que les ofrezca cierto estatus.»

A menudo en las Escrituras, él numero siete representa cosas espirituales. Muy probable, estas siete mujeres representan a cierta gente quienes aparentan ser parte del reino de Dios. Ellas le están diciendo a este hombre, “Nosotras trabajaremos y proveeremos para nosotras mismas. Todo lo que queremos es tu nombre, para que quite nuestro oprobio. Queremos aparentar que estamos bien ante el mundo. Tu nombre nos dará ese tipo de estatus.”

Yo creo que Isaías esta hablando de la iglesia. Y el hombre con quien estas mujeres desean casarse es Jesús. El profeta esta ilustrando algo importante aquí. Él esta diciendo que en tiempo de tumulto, presuntos creyentes trataran de tener un matrimonio de conveniencia con Cristo. Pero tales creyentes son cristianos en nombre solamente. Ellos querrán parecer espirituales, afirmando que son parte del reino de Dios. Pero ellos trataran de hacer un trato con el Señor. Dirán: “Te quiero, Señor. Pero quiero seguir mi propio camino y hacer lo que quiera. Solo dame tu nombre; quiero ser visto y conocido como uno de los tuyos, tu novia.”

Tales personas no quieren ser vestidos por Cristo en ropas de justicia y rectitud. Ellos no quieren tener intimidad con el Señor, o depender de él. Solo quieren vivir para sí mismos. No quieren obligaciones ni compromisos. Por su actitud, les están diciendo al Señor, “Déjame disfrutar de mi asociación contigo. Entonces los demás me verán como bueno.”

Estamos viendo el cumplimiento de la profecía de Isaías ahora mismo. Iglesias en América y alrededor del mundo están llenas de millones de personas que a sí mismos se llaman cristianos que no tienen intimidad con Jesús. No pasan tiempo en oración con él, ni levantan la Biblia para ver lo que él desea de ellos. Increíblemente, Dios sigue soportando a esta gente, bendiciéndolos y prosperándolos. Sin embargo, ellos no pueden siquiera decir un sencillo: “Gracias, Señor. ¿Qué quieres de mi vida?”

De alguna manera, esta gente se ha sujetado al nombre de Cristo. Pero ellos lo hicieron por si mismos. Nuestro Señor no tendrá parte de tal arreglo.

La virgen sabia, sin embargo, tiene gran pasión por el novio. Ella constantemente ansia intimidad con el. “Mi amado es mío, y yo suya” (Cantares 2:16). Ciertamente, el clamor del verdadero cristiano es: “Señor, no solo quiero tu nombre; te deseo a ti en todo tiempo. Pienso en ti cada noche, mientras me acuesto. Y cada mañana cuando despierto, mi corazón va tras de ti.”

“O Jehová, te hemos esperado; tu nombre, y tu memoria son el deseo de nuestra alma. Con mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espíritu dentro de mi, madrugare a buscarte” (Isaías 26:8-9).

Si, el verdadero creyente declara: “En gran manera me gozare en Jehová, mi alma se alegrara en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeo con manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas.” (Isaías 61:10).

Todas estas cosas sucederán en ese día” (Isaías 4:1).

Pronto los justos juicios del Señor serán aparentes a todos, mientras él comienza a cortar la prosperidad. Y como “ese día” se aproxima, muchos afirmaran estar casados con Cristo. Pero estarán apegados a él solamente en nombre. Trágicamente, de ninguna manera serán suyos

También vamos a ser testigos de una increíble escena de la parábola de Jesús: “Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron.” (Mateo 25:5). Todas las vírgenes, tanto las insensatas como las prudentes, estaban dormidas. Cristo estaba describiendo una iglesia durmiente justo antes de su regreso. Él advierte en Marcos: “Velad, pues, porque no sabéis cuando vendrá el señor de la casa; si al anochecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana; para que cuando venga de repente, no os halle durmiendo. Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad.” (Marcos 13:35-37).

Yo encuentro esta imagen en la parábola de Cristo difícil de comprender. ¿Cómo pueden estar durmiendo las vírgenes prudentes? ¿Cómo puede ser que un siervo piadoso, quien se ha preparado para el regreso de Jesús por tanto tiempo, este dormido mientras el Señor se acerca?

Fue entonces cuando comencé a ver la dura verdad de la parábola de Jesús. Yo recordé una profecía de Cristo que en los últimos días, una gran apostasía tomara lugar en la iglesia. Entonces recordé la amonestación de Pablo: “…que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora esta mas cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos.” (Romanos 13:11). La advertencia de Pablo sugiere que justo antes del regreso de Jesús, un gran sueño caerá sobre muchos cristianos. Hasta los justos estarán en peligro de dormirse.

Pablo también advierte: “Por lo cual dice: Despiértate, tu que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrara Cristo. Mirad, pues, con diligencia como andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.” (Efesios 5:14-16). El apóstol nos anima, “Despiértate, santo. No sean vírgenes durmientes. Sean sabios, y manténganse vigilantes por el regreso del Señor.”

No nos engañemos acerca de a quien Pablo se esta dirigiendo aquí. El esta hablándoles a “imitadores de Dios como hijos amados” (5:1). El también dice: “Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios. Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan.” (1 Tesalonicenses 5:6-7).

Muchos creyentes serán probados por su gran sopor. Ahora mismo, estamos viviendo en una hora oscura, donde la medianoche rápidamente se aproxima. El regreso de nuestro Señor esta más cerca que nunca. Pero, mientras miro a mí alrededor, veo a muchos creyentes cayendo en un sopor profundo. Ciertamente, a través de los años este espíritu de sopor ya ha alcanzado a multitudes.

Considera a un hombre que dice ser cristiano. Este hombre rara vez si alguna vez ora. Sin embargo, el pasa horas ante su televisor mirando deportes. El también tiene tiempo para aficiones, actividades de diversión, caza y pesca. Pero el absolutamente no hace tiempo para el Señor.

Dios es misericordioso con este hombre. Lo bendice, lo prospera, y provee para su familia. Pero este mismo hombre quien dice amar a Cristo ni siquiera puede tomar cinco minutos para ponerse de rodillas y decir, “Gracias, Señor.” Él esta en peligro de convertirse en un cristiano en nombre solamente.

Ahora piensa en una mujer que dice ser cristiana. Ella pasa horas hablando por teléfono con sus amigas. Ella saca tiempo para ver su programa favorito por televisión; y pierde horas leyendo. Pero ella no tiene tiempo para intimidad con Jesús. Si ora, es solo en ocasiones, cuando una crisis cae sobre su familia. Pero el Señor simplemente no esta mucho en su mente. Ella también esta en peligro de convertirse en una cristiana en nombre solamente.

Tales creyentes no están preparados para el regreso del Señor. Con cada día que pasa, sus lámparas se están apagando. La escasa relación que ellos tienen con Jesús esta muriendo lentamente. Pero las Escrituras claramente advierten: “¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?” (Hebreos 2:3).

¿Para que querrá el Señor a seguidores durmientes, tibios, y desinteresados en el cielo con El? ¿Por qué querrá a aquellos que están avergonzados de El en la tierra, quienes están aburridos con las cosas de Dios, quienes no les importan la iglesia, el compañerismo o la intimidad con Cristo? Nuestro propósito en el cielo será para adorar al Señor y servirle por siempre. ¿Cómo puede alguno esperar gozar de la eternidad allí, si no pueden tolerar caminar con Jesús aquí?

Algunos pueden contestar, “Las cosas serán diferentes cuando muera. De repente, cambiare. El Señor me dará un corazón nuevo en ese momento. Entonces, querré adorarle.”

Mi respuesta seria que la muerte no cambia nada. Serás conocido entonces como eres ahora. Y el carácter que posees aquí es el mismo carácter que tendrás cuando estés ante el Señor. Si eres un holgazán ahora [siempre sentado en el sofá], tendrás el mismo carácter entonces. Si mueres como un creyente a medias, un cristiano en nombre solamente, así es como serás revelado en el día del juicio.

La Biblia dice que todos tenemos que presentarnos ante el asiento de juicio de Cristo. Cuando ese tiempo llegue, el Señor nos pedirá que le demos cuenta de nuestra vida. Él demandara en saber como pasamos nuestro tiempo. ¿Cómo esperas contestarle? Él esta anotando todo lo que dices y haces aquí. No podrás negar nada cuando el abra el registro celestial. ¿Revelara su libro que tú casi no pensaste en él?

Puedes declarar, “Bueno, yo sé que Dios me ama.”

Yo contestaría, “Con toda seguridad el te ama. Y habrá muchos mas como tú en ese día, a quienes el Señor ama. Pero el también es un Dios de rectitud y justicia. Por esa razón su pueblo murió en rebeldía en el desierto en el Antiguo Testamento, aunque la Biblia dice una y otra vez que Dios los amaba. El hecho es, ellos nunca permitieron que sus corazones fueran cambiados; y muchos van por ese mismo camino.”

No mal entienda; Dios ama y tiene ansias por su pueblo arrepentido pero durmiente. Todo lo que él quiere de ellos es un corazón abierto que escuche su voz y una pasión para oír de él. Pero, aun después que escuchan advertencia tras advertencia, muchos creyentes verdaderos también ignoran al Señor y descuidan su regalo de salvación. En mi espíritu, escucho a Jesús decirle a tal gente: “No tan solo me descuidan y han puesto a un lado toda pasión por mí; sino que ni siquiera piensan en mi. Ni siquiera soy un pensamiento pasajero para ellos.”

He aquí una amante palabra de advertencia a todas las “vírgenes sabias” que han comenzado a dormitar.

Si pudiera expresar la tristeza de Dios, lo haría de esta manera: El Señor siente dolor por multitudes que una vez fueron vírgenes sabias. En un tiempo, esta gente ansiaba su venida y diligentemente se preparaban para encontrarse con él. Estaban completamente despiertos, sus corazones ardientes, sus mentes y almas llenas de pasión por Cristo. Pero al pasar el tiempo, estas mismas vírgenes sabias comenzaron a alejarse de él lentamente. Después de tiempo, cruzaron una línea; y ahora se han unido a la compañía de vírgenes insensatas que Jesús describe.

Puedes declarar, “Yo no soy una de las vírgenes insensatas. Admito, que no soy el testigo ardiente que una vez fui para Jesús. Pero no me siento como que cruce una línea. Aun tengo amor en mi corazón por él. Leo mi Biblia, asisto a la iglesia fielmente y soy un cónyuge y padre dedicado.”

¿Pero, tienes ahora una pasión por Cristo? ¿Tienes hambre y sed por más intimidad con él? Confiesas amarle pero, ¿es amor frío o tibio?

Si realmente eres una virgen sabia—si nunca has abandonado tu amor intimo por Jesús—considera esta advertencia de Proverbios: “La pereza hace caer en profundo sueño y la persona negligente padecerá hambre.” (19:5). Puede que no te consideres perezoso; pero pereza es la palabra exacta para describir el lodazal espiritual de muchos cristianos que una vez estuvieron apasionados por Jesús.

La pereza los venció cuando comenzaron a permitir cosas insensatas y carnales en sus vidas que nunca antes hubieran permitido. Mientras permitían estas cosas, gradualmente dejaron que su celo menguara. Y pronto estaban faltando a sus horas dedicadas a la oración y devoción. Y poco a poco se convirtieron en creyentes lánguidos y tibios. Y al pasar el tiempo, cayeron en un sueño peligroso.

Pregunto, ¿Estas poniéndote perezoso en tu amor por la Palabra de Dios? ¿Has dejado de redimir el tiempo, sino que estas perdiendo las horas en el ‘Internet’ o delante del televisor? Atiende a las claras advertencias de las Escrituras: si te pones perezoso, cayendo en un sueño espiritual, con el tiempo cruzaras la línea que nunca imaginaste que sucedería. Y te lanzaras a la compañía de las vírgenes insensatas; serás entregado al sueño profundo. Y antes que te des cuenta, la llama en tu lámpara de preparación pestañeara y morirá.

Este asunto de cristianos durmientes ha estado ardiendo en mi espíritu por años hasta ahora. Ciertamente, creo que Dios esta pronunciando el mismo mensaje a muchos otros pastores hoy, como él hizo a sus profetas antiguos. Pero las multitudes de los oradores de Dios se han dormido, como las ovejas que están a su cuidado. Isaías describió lo que estamos viendo hoy, cuando clamo: “Sus guardianes son ciegos, todos ellos ignorantes; todos ellos son perros mudos, que no pueden ladrar; soñolientos y perezosos, aman el dormir.” (Isaías 56:10).

Los cristianos en nombre solamente serán excluidos del propósito eternoque Dios tiene para ellos.

Las vírgenes insensatas no estuvieron presentes en la cena de bodas. Fueron excluidas completamente. La parábola de Jesús nos ofrece una verdad clara que debemos aceptar: cuando el Señor llegó, solo aquellos que estaban preparados se les permitió estar con él.

Según la parábola: “Y a la medianoche se oyó un clamor:…” (Mateo 25:6). Mientras miro la escena en la iglesia hoy en día, no tan solo veo a pastores perezosos y santos durmientes; también veo a cristianos enloquecidos por el placer quienes se están moviendo sin temor y de cabeza a lujurias de todo tipo. Pero, a pesar de toda esta maldad y pereza, Dios no ha abandonado a su pueblo. Por el contrario, él ha mandado a sus pastores fieles a advertir a gritos. Y este santo remanente de atalayas no será silenciado. A pesar de ser burlados, escarnecidos y ridiculizados, estos siervos declaran el mensaje que arde en sus corazones a toda voz. “La hora es medianoche; y el novio viene por su novia. Pronto Jesús estara a la puerta. ¡Cristiano, prepárate para encontrarte con el Señor!”

Este es el clamor de la hora: “¡Prepárate!” ¿Estas listo? ¿Has estado preparándote para encontrarte cara a cara con Jesús?

Sin embargo, la Biblia nos dice que se escuchara un segundo clamor. Todavía no escuchamos este clamor; pero pronto lo escucharemos. Lo escucharemos mientras Dios ahora comienza a moverse en poder para atraer la atención del mundo descarriado. Y lo escucharemos mientras vemos cumplirse las palabras de Jesús ante nosotros: “Los hombres quedarán sin aliento por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra, porque las potencias de los cielos serán conmovidas.” (Lucas 21:26).

En lo profundo, todos en esta nación y a través de la tierra saben que la humanidad ha alcanzado una situación crítica. Existe un conocimiento interior, una creciente intuición, que este mundo no puede seguir como va. Algo sobrenatural tiene que pasar. Debe haber alguna clase de intervención de lo alto. Las señales a nuestro alrededor están apuntando a la pronta venida del Señor.

Ese día esta cada vez más cerca. Y mientras ese momento se aproxima, la oscuridad y el tumulto van a aumentar en la tierra. Los fundamentos de cada sociedad serán sacudidos hasta su centro. Aun ahora, los judíos alrededor del mundo están gritando, “Nuestro Mesías al fin viene. Podemos sentir que él esta a la puerta.”

Cuando el momento de la aparición de nuestro Señor finalmente llegue, este clamor se levantara de la iglesia durmiente: “¡Nuestras lámparas se han apagado!” Muchos se darán cuenta que no tienen lo necesario para continuar. De repente, los fríos y tibios correrán de un lado a otro, desesperados por ganar el tiempo perdido. Les rogaran a sus pastores, “Ayúdeme, no sé que hacer. Estoy muerto espiritualmente. Por favor, dígame como enfrento esto.” Pero muchos de esos pastores estarán tan confundidos y perplejos como sus ovejas.

Ya Jesús nos advirtió en su parábola: “Pero mientras ellas iban a comprar, llegó el novio;…” (Mateo 25:10). Las vírgenes prudentes les habían dicho a las insensatas que compraran aceite para sí mismas. Pero mientras las insensatas se fueron, llegó el novio.

Cuando ese momento llegue, no tendremos tiempo para desarrollar el carácter de Cristo en nuestra alma. No tendremos tiempo para desarrollar nuestros recursos espirituales. Y los durmientes se van a dar cuenta que no están preparados. Gritaran angustiados, ¡Estoy vacío y seco! He perdido todo mi tiempo persiguiendo cosas necias. He malgastado mi vida por completo. El Señor esta apareciendo y no estoy listo.

Cuando el novio cerro la puerta, las vírgenes insensatas se quedaron afuera, gritando, “Señor, ábrenos. Déjanos entrar.” Pero el novio contesto, “De cierto os digo que no os conozco.” (25:12). Que prospecto aterrador. En ese punto, no se puede decir nada. No se puede hacer apelación. El Señor declarara, “La puerta esta cerrada.”

Aquí esta la prueba en las propias palabras de Cristo que solamente los creyentes verdaderamente salvos serán incluidos en su boda. Todos aquellos que trataron de echar mano del pecado en este mundo—quienes solo querían su nombre pero no su amor—se quedaran fuera.

Ahora déjame darte las buenas noticias.

Las buenas noticias es que todavía hay tiempo. La puerta aun esta abierta; y el mayor deseo del Señor es tenerte a su lado para la cena de bodas del Cordero. El te ama aun en tu negligencia. Y si eres honesto, estarás de acuerdo con su Palabra: “Si, esta parábola me describe a mí. Me he puesto perezoso. No quiero convertirme en una virgen insensata, y alejarme. Quiero estar listo mientras que el día del Señor se aproxima.”

Si quieres ser una virgen prudente o sabia, hay dos pasos que debes tomar. Son pasos sencillos, pero no pueden ser pasados por alto si debes ser incluido entre las vírgenes prudentes:

1. Haz de Cristo el centro de tu pensamiento. Permite que el Señor este en todos tus pensamientos. Cuando te levantas por la mañana, susurra su nombre. En la noche, mientras te vas a acostar, llama su nombre en tu mente y de rodillas.

“…todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.” (Filipenses 4:8). Deja que este versículo sea la base de una oración sencilla para ti a través del día. “Jesús, tú eres verdadero, honesto, justo, puro, bello. Tú eres mi Buenas Nuevas.”

Pablo escribe, “El Señor conoce los pensamientos de los sabios,…” (1 Corintios 3:20). Dios guarda todos tus pensamientos. Él sabe cada vez que piensas en él. Así, que dale todos tus pensamientos de ‘acción de gracias.’

2. Ora a través del día, “Señor, ten misericordia de mí, un pecador.” Esta oración sencilla es el aceite para tu lámpara. Al hacer esta oración diariamente es como comienzas a prepararte para encontrarte con el Señor. Le estas diciendo a Dios, “Padre, no soy digno de ser llamado por tu nombre. Necesito tu misericordia. Me doy cuenta que no soy quien pensaba que era. Pensaba que era una buena persona. Pero, cualquier migaja de bondad que yo tenga no me sirve de nada. Todo es trapo inmundo a tu vista. Yo sé que no puedo ser salvo por mis buenas obras. Necesito tu gracia; me humillo ante ti ahora. Señor, ten misericordia de mí, un pecador.”

Cuando el publicano primero hizo esta oración, Jesús dijo de él, “Os digo que este descendió a su casa justificado…” (Lucas 18:14). En otras palabras, aquí tenemos a uno al cual Jesús le abrirá la puerta.

“…y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.” (Hebreos 9:28). Déjame hacerte una última pregunta: ¿Estas buscando su regreso? ¿Ansias verle?

Arrepiéntete y determina buscar a Jesús con todo tu corazón, mente, alma y fuerza. El promete que si lo haces, de seguro lo encontraras. El abrirá toda puerta para ti.

———————————————————————————————-

https://www.tscpulpitseries.org/spanish/ts040329.htm

COMPARTE


Ahora puedes comentar con tu cuenta de Facebook: