Errores de los cristianos del siglo XXI – Parte 1

ERRORES DE LOS CRISTIANOS DEL SIGLO XXI (Parte 1)

Lectura: Santiago 1:2-11

Por favor cambia tu mente a la forma de la de un niño para que puedas entender la Palabra que Dios tiene para ti hoy.

El libro de Santiago es un libro lleno de exhortaciones para la iglesia. Sus palabras tienen una vigencia permanente para la iglesia de cualquier época y, por tanto, tienen un gran significado para nosotros. El autor sabe señalar muy bien los errores que cometemos, así como la manera como debemos enfocarnos en su solución. A continuación, me gustaría que reflexionáramos sobre estos errores y hagamos una reflexión interna para no volverlos a cometer:

  1. Angustia y depresión (Santiago 1:2-4)

La enfermedad de nuestra época es, sin duda, la depresión. Oímos hablar de ella en noticieros, se ha vuelto tema de conversación en lugares de trabajo, colegios y universidades. Cada vez se vuelve más común ver campañas de psicología enfocadas a tratar un mal que está afectando profundamente nuestra sociedad y es triste ver que, incluso, niños pequeños han adoptado en su vocabulario diario la frase “es que estoy deprimido”.

La iglesia parece también estar impregnada con esta enfermedad, pero Santiago nos llama la atención recordando que nuestra perspectiva de las dificultades debe ser muy diferente. Debemos estar gozosos aún cuando estemos en dificultades y permitir que Dios trate nuestro carácter a través de ellas. En un mundo donde la depresión se ha convertido en un cáncer mental, la iglesia debe ser un faro de esperanza a través de nuestra buena actitud.

  1. Falta de Sabiduría (Santiago 1:5)

La sabiduría, es el entendimiento espiritual que Dios nos da para saber cómo comportarnos y tener una buena vida. Sin embargo, vemos que en la iglesia estamos faltos de sabiduría: No sabemos cómo tratar con respeto y amor al otro, los padres no saben cómo tratar a sus hijos, los hijos no saben cómo tratar a sus padres, no sabemos cómo llamar la atención de un mundo que necesita a Dios con urgencia.

El no saber cómo comportarnos en nuestra vida diaria nos ha costado muchas almas que se van de la iglesia al ver actitudes inadecuadas y nos ha costado que muchas personas ni siquiera quieran acercarse a una iglesia cristiana.

Al respecto, Santiago nos insta a pedir sabiduría a Dios y nos asegura que Él nos la dará abundantemente y sin reproche.

  1. Duda y doble ánimo (Santiago 1:6-8)

En nuestro mundo, el humanismo se ha convertido en el eje central de la academia y el pensamiento científico. Se nos enseña a creer solo en lo que podemos demostrar mediante el método científico y a desligarnos de cualquier doctrina espiritual.

En la iglesia, esto ha afectado la fe de muchos; quienes se han alejado de Dios y se han enfriado. Santiago nos insta a mantenernos firmes en nuestra fe y a no dudar de Dios ni de su poder.

La duda se entiende como un estado en el que nos vemos indecisos entre dos caminos: Entre creer y no creer. No podemos ser indecisos ante Dios sino determinar con firmeza creer en sus palabras. Si dudamos, nos volvemos inconstantes en nuestro carácter y ese carácter es incapaz de mostrar la persona de Cristo a través de nuestras acciones. No podemos aspirar recibir algo de Dios si no tenemos una fe puesta a su servicio.

  1. Orgullo / Inseguridad (Santiago 1:9-11)

Otra de las enseñanzas de nuestra era es que somos más en la medida en que tengamos más. Esto ha provocado dos reacciones diferentes en la iglesia: Por un lado, algunas personas que tienen un poder adquisitivo significativo son orgullosos, creyendo tener más poder y autoridad que los demás. Por otro lado, algunas personas con bajo poder adquisitivo se pueden sentir humillados e inseguros de quienes son en Cristo.

La Biblia llama la atención de ambas actitudes, invitando a aquellos con alto poder adquisitivo a recordar el carácter temporal de sus pertenencias terrenales y a los de poco poder adquisitivo a recordar la gloria venidera que sobrepasa abundantemente las riquezas de este mundo.

QUE DIOS TE BENDIGA

“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
Sino que en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche.
Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,
Que da su fruto en su tiempo,
Y su hoja no cae;
Y todo lo que hace, prosperará”

Salmo 1:1-3

Autor: Juan Felipe Caro Valencia

Escrito para www.destellodesugloria.org

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