Escribiendo mi historia – Día 3 – Aprendiendo a ser detallista
Escribiendo mi historia: Aprendiendo a ser detallista
(Día 3 – El reto del amor)
Escrito por Lilo de Sierra
“Además de refrenarte de los comentarios negativos, cómprale algo a tu cónyuge que le comunique: “Hoy estuve pensando en ti”.
En lo que invierto mi tiempo, mi energía y mi dinero es lo que cobra más importancia en mi vida. Debo reconocerlo, dos de esas tres cosas se relacionan con mi trabajo. Normalmente hablamos cerca de 10 minutos diarios, pero éste día, no hablamos más de dos.
Con la billetera casi vacía y el déficit económico de fin de mes, no sabía si podía cumplir el desafío de hoy. Lo que le comprara, debía dar el mensaje perfecto, ese con el que él entendiera que lo amo y que pensé en él todo el día, aunque mi ocupada agenda me hubiera mantenido lejos del celular para siquiera escribirle que lo extrañaba.
Respiré profundo, y usé el dinero que me quedaba para comprarle el sweater que me había expresado días atrás le gustaría usar. Caminé el almacén buscando el ideal, y no podía dejar de pensar en su reacción cuando se lo entregara. No le permití a mis pensamientos que me convencieran de que si me gastaba la plata no alcanzaría a terminar la semana sin tener que pedir prestado, me motivaba tener un detalle con él y vencer el orden equivocado de prioridades en el que hemos cimentado nuestra relación en el tiempo que llevamos juntos.
Darlo todo por el todo, luchar, no rendirse, intentarlo, ser perseverantes; dejar el egoísmo a un lado y renunciar a mantener la posición de princesa a la que se le da lo que pide, sin refutar absolutamente nada; dejar de creer que el mundo debe arrodillarse a sus pies y que su esposo es quien debe tomar siempre la iniciativa. La única verdad es que el matrimonio es de dos, el amor se construye paso a paso y el orgullo es el principal enemigo del vínculo conyugal bendecido por Dios, en donde debe primar la generosidad antes que la ambición.
Es definitivo, dar es mejor que recibir. Su sonrisa me enamora; verlo tranquilo trae paz a mi corazón y esa fue mi recompensa.
Siempre humildes y amables, pacientes, tolerantes unos con otros en amor.
(Efesios 4:2 NVI)
Escrito para www.destellodesugloria.org