A partir de los 40 “el avión empieza a declinar”

Después de los 40 miramos para atrás, porque nuestro cuerpo empieza a declinar, ¿Qué le sucedió al inmigrante? vino porque era más osado, pero a los 40 años miró para atrás, y vio que lo que él recordaba de su pasado, no se parecía en nada a lo que vivió en el país donde se asentó.

Al mirar para atrás no hay nada en su pasado que lo conecte con su presente. Por ejemplo lo compara con su país de origen “era mejor en Italia” no coincide en nada con su presente, agranda lo bueno de su pasado y minimiza lo malo de su pasado, no ve la guerra que fue lo que lo hizo cambiar de país.

Entonces el inmigrante no es de allá ni de acá. Todo inmigrante llegó a un país para trabajar, no existía nada más que eso. Salió de su casa y como nunca volvió, toda la vida trabajó.

 Porque uno deja de trabajar cuando vuelve a la casa.

Toda su satisfacción era su trabajo no había desarrollo personal.

Ahorra, “guarda el peso”, no porque es tacaño, ni miserable, ni inseguro porque ahorrar es un fin de satisfacción y es el termómetro de que está trabajando. No se compra ropa porque no es para lucirla, no es para vestirse, porque no le encuentra satisfacción a la ropa, excepto que sea para trabajar, sí les gustaba la comida porque les daba fuerzas para trabajar.

El auto si es para trabajar tiene que ser el mejor, sino se quedaban con el viejo. Se desarrollaba solo para trabajar, hicieron mucha plata, no tenían ni el primario, pero eran brillantes para hacer negocios, para su única satisfacción. A= trabajar.

Dios dice A= es para disfrutar, por eso el inmigrante no veía B, C, D, etc. Si la vida es un abecedario él nos quiere dar muchas letras, porque Él es el Alfa y la Omega, nos quiere llevar  por todas esas letras que son sus bendiciones. Cada letra que yo suelto es una bendición, forman las palabras, forman nuestra voz, por eso siempre hay bendiciones.

 Nosotros nos movemos entre cuatro o cinco bendiciones pero ¡¡Dios tiene un abecedario para nosotros!!

Priorizaron su individualismo y buscaron la satisfacción a corto alcance. La nostalgia les agarró no porque eran inmigrantes, sino cuando empezaron a tener más años.

Pablo le escribe a Timoteo que les diga a los creyentes que no pongan la fe en el dinero, porque Dios nos da todas las cosas abundantemente. No soy una abeja: que trabaja y hace miel, ustedes son más que un pájaro y un lirio no se preocupen porque Dios los cuida.

Por Silvia Truffa

Escrito para www.destellodesugloria.org