Aquí entre nos…una breve conversación entre mujeres casadas

Aquí entre nos…una breve conversación entre mujeres casadas

Escrito por Lilo de Sierra

Aquí entre nos

“Hasta un necio pasa por sabio si guarda silencio; se le considera prudente si cierra la boca”.

(Proverbios 17:28 NVI)

En diferentes circunstancias de mi vida, he dado pasos en falso por mi manera airada de responder a aquello que no me gusta o me molesta. Pienso que ese es uno de los principales problemas en mi matrimonio. Normalmente terminamos convirtiendo una bobada en la más grande tragedia griega de todos los tiempos, por haber usado las más duras palabras en el tono inadecuado.

Nuestra naturaleza femenina, tiene dentro de su ADN una cantidad enorme de emocionalidad, que nos impide actuar con claridad y en muchas ocasiones teniendo la razón, el dejarnos llevar por el calor del momento, nos convierte en victimarias.

Somos expertas en exagerar, esperamos a que los problemas trasciendan a niveles inimaginables y anhelamos que nuestro racional esposo, carente de la emocionalidad que a nosotras nos sobra, nos entienda y por derecho concedido, nos perdone nuestra grosería y faltas de respeto.

Amigas, somos esclavas de lo que hablamos, logramos mejores resultados cuando exhortamos con amor. Nuestra lengua, con el poder de bendecir que tiene, está en la capacidad de edificar nuestras relaciones interpersonales, de tal manera que quien hable por nosotras sea el Señor; detente un segundo allí en donde estás, y responde éstas preguntas,  ¿Qué sentido tiene el desahogarnos, si al hacerlo ofendemos a Dios?¿Con esa boca con la que maldecimos a nuestros semejantes, adoramos y alabamos a nuestro Padre?, ¿Es éste el testimonio que deberíamos dar frente a nuestros hijos?.

Mujeres, para que todos nuestros deseos sean concedidos, debemos caminar en obediencia, respetando a nuestros esposos, demostrándoles amor con palabras de afirmación que los hagan sentirse los más especiales de nuestra vida. Sé, que hay momentos en donde nos provoca arrojarlos por la ventana, les aseguro que yo también me he sentido así, pero son esos momentos de debilidad los que el enemigo utiliza, para robarnos la paz y la armonía, cegando la visión de nuestros amados, para que ellos nos vean con desprecio y desdén, deteriorando poco a poco lo que un día con total compromiso decidimos formar.

Créanme, existe un mayor beneficio en huir y apartarse de la situación que está generando escozor en nuestro corazón, entregándole a Dios nuestras cargas, hablando en intimidad con Él sobre lo que nos desagrada, agradeciendo su buen consejo y bendiciendo aunque no sientas ganas de hacerlo, solo de ésta manera, El Señor tomará el control y propiciará un tiempo especial, para que más calmadas, podamos aclarar las cosas.

Ustedes me dirán, Lilo con él no se puede hablar y yo les diré “Pónganse en marcha, que Dios las ayudará a hablar y les dirá lo que deben decir” (Éxodo 4:12 NVI), que ya nada tiene arreglo y que es imposible convivir con alguien como él “Todo lo pueden en Cristo que las fortalece” (Filipenses 4:13 NVI), que se equivocaron al elegirlo y ya no hay esperanza “El Señor cumplirá en ustedes su propósito” (Salmos 138:8 NVI) o que simplemente, ya no tienen fuerzas para seguir luchando “Regocíjense en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y dificultades que sufren por Cristo; porque cuando son débiles, entonces son fuertes” (2 Corintios 12:10 NVI).

Hagámoslo juntas, Dios nos ha hecho vencedoras, nos ha revestido de dignidad, nos exhorta a ser ayuda idónea no piedras de tropiezo. Nuestros hombres, merecen recibir el amor de Dios a través de nosotras. Dejemos los miedos, los prejuicios, el dolor, la ira, la indiferencia atrás y propongámonos a reconquistarlos de la mano del Señor, luchemos unidas en oración por la restauración definitiva de nuestros matrimonios y para que así, sea Dios quien gobierne al interior de nuestro hogar…así es como tiene que ser, éste es su plan original.

“Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio”.

(2 Timoteo 1:7 NVI)

Escrito para www.destellodesugloria.org

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