Reflexión – Los Palitos Pintados
Un Destellito En Las Manos De Dios
Un muchacho inglés de apellido Salt pertenecía a una familia muy pobre. No se divirtió como los demás niños y tenía muchas carencias. Creció y se vio en la necesidad de trabajar en una fábrica, acostumbraba llegar muy temprano e irse muy tarde a casa. Era un trabajador responsable. Cierto día, cuenta Destellito, su empleador le dijo que gracias a ello sería ascendido a un puesto más alto y que le permitiría ganar más dinero. Siguió con su buen desempeño y recibió otro ascenso. Cierta noche Salt soñó que era muy rico y dueño de la fábrica, creyó en el sueño y se esforzó mucho, haciendo que la fábrica fuera más productiva, y a la vez, juntaba dinero hasta conseguir adquirirla. Se hizo millonario. Estar en esa posición no le impidió nunca recordar sus orígenes, por lo que era muy querido de todos por su bondad. Por sus méritos, fue elegido para ocupar un puesto en el gobierno. Parecía haberlo conseguido todo, riqueza, poder, privilegio, autoridad, sin embargo el sentía que no era todo, no estaba conforme con lo que había alcanzado. La realeza, por haber sido un ciudadano destacado, lo hizo Barón. Pero no era todo para Salt, no satisfacía la necesidad que tenía, sin saber de qué se trataba. En una ocasión, oyó a un predicador comentar un extraño cuento. Dijo que en su jardín, había plantado diferentes semillas, y para diferenciarlas había colocado varios palos pintados. Dijo que en una ocasión, estando en su jardín, observó a unas orugas que subían lentamente por los palos pintados, esperando encontrar en la cima algo delicioso para mordisquear, al llegar, estiraban sus cabezas buscando aquello que querían, al no hallarlo, regresaban defraudados. En el mundo, dijo el predicador, hay una gran cantidad de palitos pintados, hay palitos de placeres, riqueza, influencia, y fama, todos llaman a los hombres a subir, y aquellos que lo hacen se dan cuenta que llegar a la cima no hay nada que los pueda satisfacer, nada más es la punta de un palo pintado. “Ayer lo oí, dijo Salt al predicador, toda mi vida ha sido como las orugas, subiendo palitos pintados, esforzándome para alcanzar la cima en todo, y no he podido, y ya me siento muy cansado, ¿hay esperanza para mí?”.
Los Palitos Pintados
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Mateo 11:28.
El cansancio de Salt, es el cansancio de mucha gente. Son como él, subiendo palitos pintados sin cesar, sin embargo, nada los satisface, provocando una serie de síntomas muy desagradables, como la depresión. Esta situación no es desconocida para el Señor Jesucristo. ¡Son tantas las personas que viven cansadas, no es el cansancio natural después de una actividad, es el cansancio de adentro, del alma, del corazón, y que no se puede quitar con nada, sumiendo a la persona en una interminable melancolía y desgano.
Sea cual fuere su condición, tal vez, trabajado, o cargado, y que le están provocando cansancio, venga a Jesús, el “venid a mí” es un llamado directo a usted, ya no más cansado de vivir, la vida de Dios está a su alcance, el llamado es para que deje de subir palitos pintados, que lo único que hacen es vivir una vida cansada.-
Por Oscar Olivares Dondero
Escrito para: www.destellodesugloria.org