Te vuelves parecido a lo que adoras
Te vuelves parecido a lo que adoras
Tú eres quien Dios dice que eres y tu Creador te formó a su imagen; mientras no formes la imagen de Dios dentro de ti, buscarás imágenes afuera de Dios. Pero cuando una persona tiene buena estima de sí misma, sabe que tiene que mejorar, sabe que el que comenzó la buena obra será fiel en completarla.
Le pedimos a los objetos que hagan lo que en realidad a nosotros nos toca hacer; esto lo hacemos porque tenemos miedo de confrontar las situaciones diarias de la vida, entonces nos es más fácil pedirle un “favorcito” a un objeto que no tiene vida, que tomar las riendas de nuestra vida e ir hacia adelante.
Si adoras al que no tiene boca, te quedas sin palabras. Todos los dioses son producto de manos de hombres, semejantes a ellos son los que confían en ellos y les adoran (Salmo 115).
Pero cuando nos dirigimos al Dios Verdadero, él nos dice: “tú encárgate de lo posible, que yo me encargo de lo imposible, ¿habrá alguna cosa difícil para mí?”.
Hay dos cosas que vas a hacer en tus crisis: adorar y volver otra vez a la victoria: Significa que pasaremos momentos difíciles donde el infierno se pondrá en contra nuestra, pero no nos quedaremos en el infierno, adoraremos y volveremos otra vez en victoria. En tus peores momentos, en el día de la angustia, cuando vengan las deudas, cuando el duelo venga a tu casa (no necesariamente por una muerte, sino por una separación, divorcio, pérdida del trabajo, etc.) cuando levanten cuchillos sobre ti, cuando nadie te ame, cuando te aten para matarte, cuando pierdas todo, cuando tus hijos se vayan a la droga, cuando tu familia se desintegre, ¡adorarás y volverás!
Porque Dios no te va a dejar a mitad de camino, ¡Dios te va a hacer volver otra vez a la victoria!
Antes de salir de Egipto Dios les dijo a los israelitas: “agarren un corderito” (el cordero era un dios egipcio) estuvo unos días guardado, luego dijo: “sacrifíquenlo en mi presencia” y luego a comerlo. Dios les quiso decir: “¡Al dios de ustedes me lo como!” y se lo tenían que comer como carne asada ¿por qué? porque la carne asada larga mucho aroma, Dios quería que todo Egipto oliera.
Uno de los nombres de Dios es «El OLAM» significa el Eterno. Quiere decir, que Dios ya estuvo en tu futuro. Dios vio tu futuro y viene a tu presente para decirte cómo termina la película. Dios ya sabe lo que te va a pasar, Dios lo ha visto. Él está en tu futuro y ve la victoria y ha venido a tu presente para decirte: “ya estuve adónde vas a estar”.
El hijo de Abraham, Isaac, necesitaba un carnero para que muriera en su lugar y Dios le puso un carnero, enredado, atado a un arbusto. Dios ya ha atado para ti todo lo que necesitas, sólo hace falta que descanses, porque cuando mires a la derecha o mires a la izquierda, verás tu bendición atada, porque Dios proveerá, Dios te va a dar soluciones específicas a problemas específicos, porque Dios te ha dicho que ¡adoraremos y volveremos!
Dios está dentro de ti, es por eso que existe una palabra divina en ti que resuelve problemas, que trae paz en medio de la guerra, y que resuelve las cosas más difíciles. Dios va a afirmar tu espíritu de tal manera que vas a ir al lugar de tu problema, lo vas a resolver en el nombre del Señor y ¡saldrás en victoria!
Dice una canción: “al entrar a tu santo lugar me asombra que me pueda acercar para ver tu gloria y tu belleza y adorarte en intimidad”. Cuando entras a su presencia, llevas toda la historia que formó parte de cada experiencia de tu vida. Donde quiera que estés, hazte a un lado y dale la Gloria al Señor, dile: “quiero ser como tú, conocer tu corazón. Hoy quiero que muera lo malo que está frenando la bendición que está a mi alcance”. Cuando una persona sabe estar a solas con Dios, siempre va a tener su corazón, ya que nos convertimos en lo que adoramos.
Por Silvia Truffa
Escrito para www.destellodesugloria.org