Reflexiones: El pozo profundo
Un Destellito En Las Manos De Dios
Muchas de las experiencias humanas sirven para ilustrar muchas historias que dejen una enseñanza, especialmente cuando se trata de la Biblia, la Palabra de Dios. Hay una cantidad importante de personas, que precisan entender mejor lo que Dios Creador dice, señala Destellito. Una pareja de ministros, establecidos en África, vivió la siguiente experiencia. Generalmente, el jefe de una tribu resulta ser el más fuerte, y como tal se destaca de los demás hombres, viste varias prendas ceremoniales, el pelo bastante largo, adornado con objetos labrados muy hermosos, todo ello, resulta un peso considerable sobre sí. Para abastecerse de agua, deben sacarla de un pozo a unos sesenta metros del suelo. En cierta ocasión, un hombre que estaba descendiendo, perdió estabilidad, y cayó al fondo del pozo, algunos intentaron sacarlo, pero como era robusto, no pudieron. Se acercó el jefe de la tribu para saber que estaba pasando, y observando al hombre herido al fondo del pozo, se desprendió de todas sus prendas ceremoniales, hasta quedar igual que los demás, descendiendo, puso al herido sobre sí, y subió salvándolo de una muerte segura, expresó Destellito, al tiempo de abrir las Escrituras.
El Pozo Profundo
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Filipenses 2: 5-8.
El Jefe de la tribu, para salvar al hombre que se había accidentado, debió quitarse de encima todas las prendas y artículos ceremoniales, que indicaban su condición de líder. No hubo dudas en él, por sobre sus vestiduras estaba aquél desdichado que necesitaba ser salvado. Jesús hizo exactamente lo mismo, expresó Destellito. Se despojó de todo aquello que indicaba que Él era Dios, y tomando la humanidad sobre sí, fue a la muerte de cruz, para que el hombre pudiera ser salvado. Son millones los seres humanos que están en el fondo del pozo, sin saber que al borde está el Señor Jesús dispuesto a descender y sacarlos. Los no salvos necesitan oír lo que Jesús hizo por ellos, entonces no dude más y de una vez por todas tome la determinación de transformarse en un atalaya desde lo alto de la torre.
Autor: Oscar Olivares Dondero
Escrito para: www.destellodesugloria.org