Cambiando una espina de intolerancia, por el vínculo perfecto del amor

Cambiando una espina de intolerancia, por el vínculo perfecto del amor

tolerancia2En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros Juan 13:35 (Versión Reina Valera 1960). 

En una oportunidad conversé con dos amigas sobre la necesidad de asistir a la iglesia, mi amiga Mariah decía, “he llegado a la conclusión de que no es necesario asistir a la iglesia para estar con Dios, pues El esta en todos lados. Yo podría buscarlo en cualquier otro lugar, no tiene que ser necesariamente una iglesia, por esta razón, no quiero volver a ir a ese lugar”. Mi otra amiga Cindy, en desacuerdo a su decisión, quiso hacerle entender a Mariah la importancia que tiene una congregación, no solo en un sentido espiritual, sino también personal, así que hizo una comparación bastante interesante: “Dime Mariah, ¿cuantos hijos tiene tu mama?, ¿viven todos en la misma casa?” Mariah responde, “mi mama tuvo cinco hijos, una vive en otro país, y otros tres viven en sus propias casas. Solo yo vivo con mi mama”, Cindy vuelve a preguntar, “¿como se siente tu mama cuando se reúnen todos sus hijos en su casa a compartir con alegría? ¿Verdad que se siente feliz? Así también se goza tu Padre celestial al ver a sus hijos habitando en su casa en fraternidad”. Salmo 133:1 mirad cuando bueno y cuan delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía.

Y es que, el ser humano necesita compañía. El contacto personal, es de suma importancia para crear y fortalecer lazos interpersonales con nuestra comunidad, ya bien sea en un entorno laboral, familiar, personal, y el aspecto espiritual no es la excepción. Personalmente, no creo en cristianos ermitaños, consideró que necesitamos apoyarnos los unos a los otros en todas las cosas. Al subir a un monte alto, Jesús necesitó de Pedro, Juan y Jacobo para que oraran junto con él. Por eso son muy importantes nuestras relaciones personales con aquellos que comparten nuestra misma fe. Pero, ¿que pasa cuando en esas relaciones hay diferencias en personalidades, asuntos sin perdonar, envidia o rencores? Una sonrisa fingida, puede servir para aparentar que hay armonía, y así los que están en tu entorno no podrán notar esa espina de incomodidad que hay en tu corazón en contra de alguien más, pero Dios si la puede notar. ¿No se habría dado cuenta Dios de esto?
Pues El conoce los secretos del corazón
. Salmo 44:21 (Versión Nueva Biblia Latinoamericana de hoy).

Para Dios, es muy importante que entre sus hijos exista tolerancia. Y es que, todos somos miembros de un mismo cuerpo, y como miembros no podemos estar divididos, Lo cierto es que, aunque son muchos los miembros, el cuerpo sólo es uno.

 El ojo no puede decirle a la mano: «No te necesito»; ni la cabeza puede decirles a los pies: «No los necesito.» Al contrario, los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los que más se necesitan;  y los miembros del cuerpo que menos estimamos, son los que vestimos con más cuidado. Y los miembros que consideramos menos presentables, son los que tratamos con más modestia,  lo cual no es necesario hacer con los miembros más presentables. Dios arregló el cuerpo de tal manera que los miembros menos estimados reciban más honor,  para que no haya desunión en el cuerpo, sino que cada miembro del cuerpo se preocupe por los otros.  Si un miembro del cuerpo sufre, todos los demás sufren también; y si un miembro recibe atención especial, todos los demás comparten su alegría. Pues bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno de ustedes es un miembro con su función particular. 1 Corintios 12:20-27 (Versión Dios Habla Hoy).

Por esta razón, para lograr amarnos en la plenitud que el Señor desea, debemos comenzar por tolerarnos, por aceptar que todos somos diferentes pero tenemos en común el mismo sentir en Cristo Jesús.

 Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia,  de modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes.  Por encima de todo, vístanse de amor, que es el vínculo perfecto.

Colosenses 3: 12-14 (Nueva Versión Internacional).

Autora: Marianny I. Gutiérrez

Escrito originalmente para www.destellodesugloria.org

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