Aceptando las faltas

Aceptando las faltas

aceptarErrar es de humanos pero es difícil reconocer los errores, y a su vez tratar en lo posible de enmendarlos, es decir pedir perdón.

A veces no nos encontramos en nuestro mejor momento, lo que pasa a nuestro alrededor no es agradable y puede que no estemos pasando por una buena situación, nos cansamos de lo mismo, pues cualquier problema que tengamos se va amontonando hasta que hace estallar la bomba que muchas veces podemos tener por dentro, lo peor de todo es que estallamos  con las personas que no se lo merecen, que siempre se han portado bien y que han estado apoyándonos en las buenas y en las malas.

Decimos cosas sin pensar, o tenemos actitudes que les dañan el corazón a las demás personas, se nos es difícil controlar esas palabras amargas. Las cuales demuestran una vez más que necesitamos ser restaurados por el amor de Dios y dejar de ser tan impulsivos, fácil es decir ¨piensa antes de actuar¨, pero una cosa muy diferente es encontrarse en ese momento de ira y llevarlo a cabo.

Si queremos cambiar, solo lo lograremos entregándonos a Dios por completo, pero más que eso dejar en realidad que el trabaje en lo más profundo de nuestro corazón, queremos grandes cosas de parte de Dios, pero le entregamos nuestra vida a medias, y sin pensar no notamos que aun tenemos cosas que reparar cada día, por lo cual tenemos que pedirle perdón.

Como personas tenemos un límite y es que hay cosas que no podemos arreglar con nuestra propias fuerzas, ni con nuestras propias manos, y es ahí donde viene el poder del Dios de lo imposible.  Hay sentimientos, actitudes o pensamientos que a veces sentimos que se tornan más fuertes que nosotros y que nos pueden llegar a controlar, y quisiéramos cambiar esa manera de ser, pero por más que intentamos no podemos, por mucho que pongamos de nuestra parte; Porque tenemos que dejar que Dios actúe, solo Él  puede sanar nuestro corazón o borrar esas cosas de nuestra vida, nadie sabe hacerlo mejor que El.

Lo importante de todo es que una vez le fallemos a alguien,  reconozcamos el error cometido y pidamos perdón de corazón, porque de lo contrario se convertiría en una carga y un motivo más de tristeza para nuestra vida.

¡Hay que pedir perdón, pero también hay que perdonar!

¨ No quiero exagerar en este asunto, pero la persona que causó mi tristeza, hasta cierto punto también causó la tristeza de todos ustedes. Pero ya es suficiente con el castigo que la mayoría de ustedes le impuso.  Ahora deben perdonarlo y ayudarlo a sentirse bien, para que no vaya a enfermarse de tanta tristeza y remordimiento. Yo les ruego que, una vez más, le muestren que lo aman.  La carta que les escribí era para saber si realmente están dispuestos a obedecerme en todo. Yo, por mi parte, estoy dispuesto a perdonar a todo el que ustedes perdonen, suponiendo que haya algo que perdonar. Lo hago pensando en ustedes, y poniendo a Cristo como testigo. Así Satanás no se aprovechará de nosotros. ¡Ya conocemos sus malas intenciones¨.

2 Corintios  2: 5-11 (Traducción en Lenguaje Actual)

Autora: Jessica Terán

Escrito para: www.destellodesugloria.org

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