La Buena Vida

Tema: «LA BUENA VIDA»

Lectura: Lucas 12:13-21

Conduciendo por la carretera, pasé por una valla publicitaria con grandes letras que anunciaba «¡La buena vida!» Me moría por acercarme a leer las letras más pequeñas que explicaban que la «buena vida» consistía en comprar una casa frente al lago con precios a partir de 300,000 dólares. Esto me hizo preguntarme si habría algunas familias infelices que podrían vivir en esas casas, ya sea con hijos que jamás ven a sus padres o parejas que, aunque viven en el lago, desearían ni siquiera vivir juntas.

Me vino a la mente Lucas 12 cuando recordé la historia del hombre que le pidió a Jesús que le dijera a su hermano que dividiera la herencia con él. ¡Pedirle eso a Jesús no fue prudente! Él respondió con una advertencia: «Estad atentos y guardaos de toda forma de avaricia; porque aun cuando alguien tenga abundancia, su vida no consiste en sus bienes» (v.15). Después, continuó contando la historia de un hombre extremadamente rico quien, desde el punto de vista de Dios, era un tonto – no porque fuera exitosamente rico sino porque no era rico delante de Dios.

Cuanto antes superemos la ilusión de que poseer más significa tener más paz, más felicidad y más autorrealización, tanto mejor estaremos. Y luego, seremos más capaces de encontrar la paz y la felicidad tan anheladas – la verdadera «buena vida» – que sólo Jesús puede proveer.

Reflexión: La «buena vida» se encuentra en la riqueza de Dios.

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