Te extrañaba
Te extrañaba
¿Por qué te habías tardado tanto?
Quería estar contigo
Abrazarte, escucharte, ayudarte
Pero tú me ignorabas, y estabas tan ocupada
Que solo hacías tus tareas diarias.
¿Por qué no llegabas?
Al lugar de nuestro encuentro
En lo íntimo, en lo secreto,
Donde siempre renuevo tus fuerzas.
Tenías bastante tiempo que no venías,
Me gustaría que te me acercaras más
Y me tomes en cuenta para todo.
Quiero ser tu Mejor Amigo, el más Sincero.
¿Por qué te habías tardado tanto, Te extrañaba,
Quiero llenarte de poder,
Pero solo me llamas una vez a la semana
Y pasas rápidamente.
Quiero que me anheles,
Así como anhelas otras cosas,
Porque Yo soy tu Consolador
Y siempre intercedo por ti.
Atentamente: El Espíritu Santo
Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Romanos 8:26 (NVI)
Autora: Kari Gazo
Escrito para www.destellodesugloria.org