El progreso de un País

admin junio 18, 2013 Devocionales, Reflexión 0 Comentarios

El progreso de un País

¡La Luz de las Naciones!

Cada día nos asombramos por las situaciones tristes que suceden en el mundo, violencia, asesinatos, persecuciones, dolor, angustia, son muchas noticias de este tipo que abundan en los diferentes medios de comunicación y que forman parte de algunas de nuestras conversaciones diarias.

A veces se escuchan cosas como: “la razón de que ese joven ande en malos pasos es culpa de sus padres!”, otras veces se culpa a la sociedad: “es que la sociedad hace que estos niños anden en malos pasos porque en la televisión y en el internet hay mucha violencia” y muchas otras veces se escucha: “es culpa del gobierno que no tiene mano dura sobe esos chicos”, todas estas cosas tienen una grado de verdad, todo esto es cierto, sin embargo ¿de que sirve la disciplina y la corrección en corazones absorbidos por las tinieblas? ¿Qué hace que una persona cambie?, ¿cuál es la raíz de la maldad en las personas?, luego que conocemos a Dios procuramos caminar en una vida de rectitud y justicia como al Señor le agrada, por otro lado la Biblia nos enseña como el hombre que esta separado de Dios siempre busca hacer lo malo, al no conocer de Dios no tienen temor alguno hacia El, por lo que se convierten en blancos fáciles para ser usado por Satanás como instrumento para matar, robar y destruir, es triste que discutamos tanto por asuntos sociales y humanos cuando la raíz de la maldad en el mundo ocurre por la ausencia de Jesucristo en el corazón de las personas.

Entonces ¿que hace falta aparte de buenos dirigentes nacionales para controlar los hechos que amenazan a diario?: valores cristianos, principios morales, y ¿de quien es el compromiso? ¿quienes fueron llamados para esto?: Nosotros los cristianos. “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” Hechos 1:8 Versión Reina Valera 1960. Esa es nuestra gran comisión, nuestro encargo, esa es nuestra labor.

Parece que este versículo lo olvidamos en algunas ocasiones, puesto que se escuchan a diario tantas quejas sobre los acontecimientos actuales, se pierde el respeto y la fe en las personas, deseamos y oramos por un cambio, esperamos que Dios toque el corazón de las personas y se conviertan pero ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? Romanos 10:14 Versión Reina Valera 1960. La transformación en las personas no dependen de la circunstancias, ni de algún sistema social, filosófico, humano o civil, el cambio espiritual ocurre al escuchar el mensaje del evangelio y al aceptarlo para salvación, pero ¿como habrán transformaciones espirituales si no salimos a trabajar para Cristo?, ¿cómo podrán conocer de Dios aquellos que andan bajo las sombras del mal si nos quedamos en casa, o preferimos atender nuestra rutina personal en vez de cumplir con nuestra Gran Comisión?.

Más allá de cualquier llamado ideológico, y/o pensamiento humano, el mensaje de Jesucristo es lo que realmente transforma, es más poderoso que cualquier otra cosa, eso es lo que genera un cambio real en las personas.

Él dice: «No es suficiente hacer que tú seas mi siervo para restaurar el poder de las tribus de Jacob y traer de regreso a los sobrevivientes de Israel. También te haré luz de las naciones, para que hagas llegar mi salvación a los lugares más remotos de la tierra». Isaías 49:6 Versión Palabra de Dios Para Todos.

Esa luz es la que realmente produce cambie, por esta razón debemos trabajar, para que el mensaje de esa luz de las naciones (Jesucristo) llegue hasta los confines de la tierra y así la salvación alcance a muchos más.

Más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable 1 Pedro 2:9 Versión Reina Valera 1960.