Reflexiones: La Armadura de Dios
LA ARMADURA DE DIOS
Por favor cambia tu mente a la forma de la de un niño, para que puedas entender la Palabra que Dios tiene para ti hoy.
Creo que la gran mayoría de nosotros hemos oído hablar acerca de la armadura de Dios. Considero, que este es un pasaje del cual se cree tener tanto conocimiento que se subestima y se pasa por alto su gran importancia para la vida diaria del cristiano.
Como cristianos nos hemos enfrentado a fuerzas espirituales que buscan “robar, matar y destruir” lo que Dios nos ha dado. Es por esa razón que es fundamental que nos armemos de toda la armadura de Dios para vencer al enemigo cuando venga a atacarnos y permanecer firmes en todo momento.
Todos tenemos nuestras luchas: Hay personas que pelean con el miedo o con la inseguridad, otras con la ira, otras con la confusión; sé que debemos librar esas batallas pero estoy seguro que la voluntad de Dios es que las ganemos para su gloria.
Veamos cómo se aplica esta enseñanza en nuestra vida diaria:
1. No es con nuestras fuerzas (v.10)
Intentar vencer con nuestros argumentos solo nos fatigará y abrirá puertas para que otros pensamientos lleguen a nuestra mente a hacernos daño. No podemos pelar con nuestra propia inteligencia o capacidad, sino que debemos depender por completo de la fuerza de Dios que es la única que nos da la victoria.
2. Debemos estar firmes (v.11)
La voluntad de Dios es que estemos firmes. No piense ni por un instante que Dios quiere verlo sometido, desmotivado, atemorizado o derrotado. Dios quiere que tengamos siempre nuestra cabeza bien en alto y sepamos quiénes somos en Él y quién es Él para nosotros.
3. Nuestra lucha es espiritual (v.12)
No peleamos contra personas sino que peleamos con entidades espirituales; por tanto nuestras armas no son materiales sino espirituales y poderosas para “la destrucción de fortalezas”. Si creemos que nuestra lucha es contra la persona que nos hizo daño o que nos busca hacer enfadar, estamos desenfocados. Debemos estar plenamente conscientes de la batalla en la que estamos para poder resistir y permanecer.
4. Resistir (v.13)
Resistir significa oponerse a una acción. Debemos oponernos a las acechanzas del diablo contra nuestras vidas y permanecer intactos cuando haya acabado “el día malo”. El día malo es el momento en el cual viene un ataque contra nuestras vidas, sin lugar a duda este llegará, pero no debemos alarmarnos, pues si seguimos las instrucciones que Pablo nos deja, inspirado por el Espíritu Santo, permaneceremos firmes y nada nos moverá en el servicio a Dios. No podemos dejar que ningún viento nos mueva, si obedecemos las palabras de Jesús con plena certidumbre de fe nada ni nadie nos moverá.
5. Equilibrio (v.14)
El cinturón de la verdad es la primera parte de la armadura. Hace referencia al equilibrio que debemos tener. Si confiamos en la verdad de la Palabra, ninguna corriente ni pensamiento nos puede desequilibrar.
6. Justicia (v.14)
No tenemos que ganarnos la justicia con nuestras acciones. Jesús nos hizo justos ante el Padre por su propia sangre. No podemos permitir que la culpabilidad nos aleje de Dios pues Cristo nos hizo libres y dignos de entrar a su presencia para siempre.
7. Disposición (v.15)
Siempre debemos estar dispuestos a llevar el evangelio. Llevar las buenas nuevas de salvación es nuestra labor como hijos de Dios; es decirle al mundo que en Jesús hay una esperanza de vida. El diablo no quiere que nosotros le sirvamos a Dios, pero eso es justamente lo que debemos hacer. Sin miedo y sin mirar atrás.
8. Sobre todo la fe (v.16)
Sobre todo debemos tener una fe inquebrantable. La fe es la seguridad de lo que esperamos y de lo que no vemos en el momento presente. Debemos mantenernos firmes en la fe de Dios, de su Palabra y de sus promesas para que cuando vengan los “dardos de fuego del maligno” no nos dañen. Confiar en Dios en todo momento y creer en Él es fundamental para permanecer firmes.
9. La mente puesta en Dios (v.17)
Nuestra mente no debe estar puesta en las riquezas de esta tierra ni pensar en las cosas efímeras y vanas de este mundo sino que debe trascender a un pensamiento guiado por el Espíritu Santo. Nuestra mente debe estar puesta en el galardón que Dios tiene para nosotros en su Reino y en lo que debemos pensar cada instante es en pelear para establecer su Reino en el mundo, llevando a su presencia a muchos que están perdidos buscando esperanza y luz.
10. La Palabra para vencer (v.17)
El arma ofensiva que tenemos es la Palabra. Sin embargo si usamos la Palabra de Dios sin conocimiento no tendrá efecto o será peor. Solo con la dirección y el poder del Espíritu Santo que actúa en nosotros podemos usar la Palabra como una espada poderosa que destruye “todo argumento que se levanta contra el conocimiento de Dios”.
11. La Oración (v.18)
Jesús dijo que debemos estar atentos y orar para no caer en tentación. Un soldado puede tener una gran armadura pero si no tiene la fuerza para llevarla no le servirá de nada. Si no oramos y tenemos comunión con Dios la armadura no hará efecto en nosotros. La oración es al cristiano lo que es el ejercicio al soldado. La oración nos vuelve fuertes espiritualmente y nos capacita para usar la armadura de Dios y resistir.
12. El servicio (v.19-20)
La armadura de Dios no es útil si se usa para propósitos egoístas. Es decir, la armadura de Dios es una serie de armas con las cuales Dios dota al cristiano para capacitarlo a “dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio”. Si nos quedamos quietos y ociosos, seremos derrotados fácilmente. Pero si estamos constantemente velando por el servicio a Dios y luchando por su Reino y su Justicia, seremos guerreros hábiles que no caeremos y llegaremos a alcanzar la recompensa que el Padre tiene para nosotros; y no solo eso, sino que llevaremos a su luz a muchas personas que lo necesitan. Debemos hablar con denuedo de Él, no religiosamente ni como quien no sabe de qué habla, sino con pasión, sabiendo quién es Él en verdad.
¡USEMOS LA ARMADURA DE DIOS PARA VENCER!
DIOS LOS BENDIGA.
Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
Sino que en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche.
Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,
Que da su fruto en su tiempo,
Y su hoja no cae;
Y todo lo que hace, prosperará.
Salmo 1:1-3
Autor: Juan Felipe Caro Valencia
Escrito para www.destellodesugloria.org