Mi relación con Dios

admin marzo 13, 2023 Devocionales, Reflexión 0 Comentarios

Mi relación con Dios

Lo que Dios más anhela es que la humanidad sea salva, que tú y yo seamos salvos por su gracia y que le conozcamos. Él quiere que le adoremos por lo que es, y por lo que hemos vivido de su amor, que sea una adoración de corazón, no palabras que haya dicho otra persona en su adoración sino palabras que se nos vengan a la mente a través del Espíritu de Dios que sean de lo que hemos conocido del Amado a través de nuestra intimidad con Él.

En una relación, ya sea familiar, de amigos, de hermanos o de novios, conocemos a las otras personas por momentos en donde hemos estado con él o ella, conversando de cosas de nuestra vida, experiencias, inquietudes y sueños y por el tiempo que le dedicamos a conocerle, esto último es un punto clave al momento de conocer más a una persona, el tiempo que le dedicamos dependerá de la importancia que tiene para nosotros, del interés a conocerle y lo agradable que es estar con esta persona. En una relación de pareja es donde más se asemeja todas estas cosas, porque nuestro querer conocerle es grande y a medida que vamos conociéndole queremos conocer más de él o ella.

Cuando descubrimos a Cristo encontramos a un ser que abarca mucho más que una simple relación, pero en si es lo mismo, lo que yo quiero llamarte hoy es que busques momentos de intimidad con Él amado, que quieras conocerle, porque SI puedes, pero todo parte del querer para luego hacer. El tiempo que le dedicamos a buscarle demuestra nuestro interés en conocerle. La Oración es lo primordial para mantener esta relación, Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra (Santiago 1:6 RV), conversa con él confiadamente, cuéntale todo lo que te pasa, sin buscar palabras tan elaboradas, ni repetir oraciones, hazlo creyendo que Él te puede oír:

Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá. (Marcos 11:24 RV).

Busca un lugar tranquilo, ojala apartado de interrupciones, para que te mantengas enfocado en lo que le hablas a Dios, Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. (Mateo 6:6 RV), El estar en un lugar donde no tengas interrupciones te permitirá concentrarte en lo que le quieres decir a Dios, aunque Él ya sabe lo que necesitas quiere escuchar de ti esa necesidad probando tu fe en Él, y como en esta palabra dice, será recompensado en público cuando comiences a dar frutos. Todo se puede llegar a convertir en una cita con Dios, como cuando estableces un tiempo y lugar para juntarte con una persona así también lo haces con Dios, disponerte de un tiempo solo para estar con Él a solas estableciendo un lazo de amor cada vez más profundo que te envuelva y te llene por completo cada vez que te reúnas con tu amado Salvador, Estos momentos valen por completo la pena, tus citas con Dios te permitirán apropiarte de las bendiciones que Dios tiene prometida en su palabra, pero todo depende de TI de tu insistencia en buscar lo que quieres recibir de Dios, ser persistente en cuanto a pedir, buscar y llamar, Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. (Mateo 7:7-8 RV), este punto clave es importante para que tu relación se mantenga viva y llegues a la estatura del varón perfecto, seas lleno del Espíritu Santo y cumplas el propósito de Dios para ti.

Como antes decía de la relación, el tiempo es esencial, demuestra la importancia que tiene Dios para ti antes que otras cosas y como también decía, lo agradable de pasar este tiempo con nuestro Amado será una mayor motivación para dedicar ese tiempo. David ansiaba conocer el rostro de Dios, a pesar de ser una persona conforme al corazón de Dios, y a pesar de todo lo que él era, él sentía que aun no era todo por tanto no estaba conforme, dijo: Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh Jehová (Salmos 27:8 RV). Le decía a Dios que no ocultara su rostro, quería conocer ese rostro, quería que su relación con el Amado fuera inquebrantable, que los momentos de intimidad nunca acabaran, que la presencia de Dios la pudiera sentir a cada momento, no solo en momentos especiales, quería que esa relación no solo fuera de citas solamente, quería tener una vida en que TODO el día estuviera junto con Dios disfrutando de esa intimidad, de esa oración ininterrumpida, a esto quiero llegar a vivir con Dios.