Dulces a $1

Dulces a $1

Tuve la fantástica experiencia de recorrer las calles de mi ciudad con un grupo de adolescentes y jóvenes el fin de semana que acaba de pasar. Con gorros extravagantes y letreros que decían “TU VIDA VALE MUCHO” deteníamos el tránsito subiéndonos a la locomoción colectiva  y entregando un mensaje de amor. Los rostros de quienes nos veían eran todavía más fabulosos, llenos de sorpresa y asombro sonreían extrañados pensando que pertenecíamos a algún partido político o minoría sexual o étnica.

Dentro de todas las actividades que se prepararon, hubo una que estremeció mi corazón. La moneda de menor valor en mi país es la de un peso chileno, hace muchos años con esa moneda podías comprar al menos un dulce, pero ahora no hay nada que cueste ese valor, es una moneda casi extinta. Sin embargo, la propuesta era vender –supuestamente- dulces a $1, quienes vendían estos dulces se acercaban ofreciéndolos y cuando las personas preguntaban el porqué eran tan baratos o bien no tenían $1, se les decía que no importaba, porque alguien ya había pagado el precio por ellos. Ese alguien es Jesús.

Puede ser que tú y yo sepamos esto en nuestras cabezas, pero cuando llega a nuestro corazón es una realidad que supera todas las expectativas y todas las buenas noticias que te pueden dar: realmente Dios ya pagó el precio de cualquier cosa que deseemos en nuestro corazón. Si es un trabajo, ya lo pagó, si es salud, ya la pagó, si es una familia, ya lo pagó…sea lo que sea…Jesús  ya lo pagó por nosotros. Así como este fin de semana mucha gente pudo escuchar esta GRAN verdad de los labios de adolescentes y jóvenes, todos los que te rodean pueden también escucharla y recibirla ya sea en su mente o en su corazón, ese ya no es problema nuestro, el Espíritu Santo se encargará de “acomodar” esta gran verdad en quienes la reciben, sólo debemos declararla y ¡listo!.

Es cierto que Dios a cada uno de nosotros nos ha dotado de dones, características, llamado, ministerio, como lo quieras llamar, pero siempre que uno recibe una buena noticia quiere compartirla con alguien, por más tímid@ que seas, a alguien al menos se la quieres compartir. Así mismo es con Jesús,   es nuestra MEJOR NOTICIA, no por nada en el evangelio se habla de la “buena noticia” cuando se refieren a Su vida, a Su nacimiento, a Su existencia. Tal vez el evangelismo no es tu llamado, tal vez esa “sobreexposición” no es lo tuyo y está bien, pero AL MENOS A TUS CERCANOS Y DE CONFIANZA compárteles esta GRAN NOTICIA: ¡JESUS YA PAGO EL PRECIO!  Y lo pagó con intereses para que podamos disfrutar de una vida plena. Permite que otros vivan en esta plenitud a través de tu GRAN noticia para compartir.

Autora: Poly Toro

Escrito para www.destellodesugloria.org

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