Única visita, única oportunidad
Única visita, única oportunidad
Cuando vamos de visita donde un amigo por lo general compramos un detalle para llevarle, pensamos en sus gustos y tratamos de comprar algo que sea de su agrado, pocas veces nos equivocamos y si lo hacemos nuestro amigo se alegra de todas formas porque sabe que se lo obsequiamos con amor. Si llegara la hora de partir de este mundo ¿qué detalle le llevarías a Dios? recordándote que cuando llegue ese momento no podremos llevar nada material con nosotros.
Cada vez que pienso en esto me lleno de confusión porque la verdad no creo que haya cumplido la obra que Él me ha encomendado y pienso que ese sería el regalo perfecto para Él. Puedo imaginarme su sonrisa y su mirada de satisfacción, el problema es que no sé cuánto tiempo me queda; ahora, si llegara a morir en este momento sabría qué llevarle pero no sé si será suficiente para que se sienta orgulloso del trabajo que he hecho en su nombre. Sabes, no me gustaría presentarme delante de Él sin haber hecho lo que espera que haga, me encantaría escuchar de sus labios que se siente orgulloso de mí. Lo triste de esta visita es que no tiene regreso, si a tu amigo no le gusto mucho el obsequio que le llevaste puedes tener otra oportunidad para remediar la situación, en el caso de Dios, es una única visita y lo que lleves no podrá mejorarse, es una única oportunidad.
Lo que podemos hacer tú y yo desde este momento en adelante cada día cuando abramos nuestros ojos al despertar, es empezar a hacer lo que agrada a Dios y es sencillo saberlo, pues todo lo que hagamos con amor es de su agrado, creo que esta es una manera de ir a la fija con Dios si nos coge por sorpresa y decide que lo visitemos antes de lo esperado, es una forma de garantizar que no iremos ante Él con las manos vacías.
No te preocupes por lo que no tienes, por lo que no sabes, por lo que no has logrado para ti; piensa más bien, qué es aquello que a Dios le gustaría que hicieras con lo que tienes y con lo que sabes, y esfuérzate en satisfacerlo. Tal vez tienes a tu lado a alguien con la necesidad de un abrazo, de una palabra de aliento, de una manifestación de cariño o de perdón, o tal vez tú necesitas el perdón de alguien, en fin, son este tipo de obras las que agradan a Dios y las que le dan valor a nuestra vida, lo que hagamos en amor es lo que le llevaremos como obsequio cuando llegue nuestra hora, empieza entonces a trabajar.
Él nos ama como nunca nadie nos podrá amar, así que, cómo no vivir cada día pensando en agradarle con nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestras acciones, si vivimos en su amor con seguridad se alegrará mucho el día que nos toque visitarlo.
Queridos hermanos en Cristo, nosotros les hemos enseñado a vivir como a Dios le agrada, y ustedes en verdad viven así. Ahora les rogamos y los animamos, de parte del Señor Jesús, a que se esfuercen cada vez más por seguir viviendo así. 1 Tesalonicenses 4:1 (Traducción en Lenguaje Actual).
¡Que todo lo que hagamos sea agradable ante los ojos de Dios!
Autora: Marisela Ocampo Otálvaro
Escrito para www.destellodesugloria.org