Deja de Remar
Tema: «NO REMES»
Lectura: Efesios 3:14-21
Durante un almuerzo campestre en un sofocante día junto a una laguna de Wisconsin, la novia de Ole, Bess, dijo cuánto disfrutaría de un poco de helado. Así que el joven inmigrante noruego, amablemente, hizo un viaje de más de ocho kilómetros de ida y vuelta a remo de bote para traérselo. Cuando regresó exhausto con un recipiente de helado derretido, Ole se dijo a sí mismo que debía haber una mejor manera para esto. Puso su mente mecánica a funcionar, y un año después, en 1907, Ole Evinrude probó en campo su motor ligero y desmontable para botes pequeños. Se casó con Bess, y cuando los motores de borda comenzaron a producirse comercialmente, ella escribió el lema publicitario: «¡No remes! ¡Tira los remos!»
Ole Evinrude no era un holgazán, pero entendía los límites del poder humano. Cada día empleamos maquinaria para lograr realizar las tareas de la vida. Pero a menudo tercamente ponemos nuestra confianza en nosotros mismos cuando estamos tratando de servir a Dios. En Efesios 2, el apóstol Pablo escribió acerca de una mejor manera de hacerlo: «Que os conceda, conforme a las riquezas de Su gloria, ser fortalecidos con poder por Su Espíritu en el hombre interior» (v.16).
En vez del esfuerzo personal, Pablo instó a los creyentes a encontrar fuerza en «Aquel que es poderoso para hacer todo mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que obra en nosotros» (v.20).
¡No remes! Recibe el poder de Dios y úsalo.
Reflexión: Podemos hacer lo que sea que Dios quiera que hagamos si dependemos de Su poder para hacerlo.