Destellito: El Castillo de Arena
Un Destellito en las manos de Dios.-
En la época estival, son innumerables las familias que acuden a las playas para disfrutar de unas merecidas vacaciones. Cada una parte con carpas o sombrillas para protegerse del sol, además de todos bronceados con el más alto factor, los niños con sus baldes de playa se disponen a disfrutar de la arena y del mar. Siempre la ansiedad domina un paseo de esta naturaleza. Todos quieren llegar lo más pronto posible, los canastos con los alimentos y las bebidas para pasar una buena jornada, están debidamente preparados, expresó Destellito, al que no deja de llamarle la atención los diferentes tipos de trajes de baño que se utilizan. Aunque le gusta el mar, Destellito no podría bañarse porque se apagaría, y dejaría de cumplir la misión que le encomendó Dios creador.
El Castillo de Arena.-
Mi admiración por Dios Creador se agiganta cuando recorrí varios balnearios. Los hay realmente hermosos, de aguas tranquilas y claras, algunos de diferentes colores, las hay de aguas color turquesa, otras verde claro, otras azules. También hay algunos balnearios de aguas más agresivas donde se puede practicar algunos deportes acuáticos, en fin, hay para todos los gustos, dijo Destellito.
En uno de esos balnearios, vi a muchos pequeños jugando en la arena, y me llamó la atención que tres niños, uno de ellos era niña, hacían con bastante dedicación un castillo de arena. Se habían afanado bastante para que quedara bien bonito, y habían invertido mucho tiempo en hacerlo. Tenía tres torres, habían hecho una muralla a su alrededor, y se notaba que sabían como hacerlo. Cuando lo terminaron se pusieron muy contentos, incluso, los bañistas que estaban alrededor admiraban el castillo, pero no contaban que el mar subiría repentinamente y el castillo de arena que había costado tanto esfuerzo, quedó reducido a la nada, contó Destellito.
La Biblia dice en Juan 10:10, “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”.
Según los estudiosos bíblicos, el mar representa al mundo. Y el príncipe de este mundo es Satanás el diablo, dijo Destellito. Él tiene tres propósitos: hurtar y matar y destruir.
Equivocadamente, algunos hijos e hijas de Dios Creador, construyen su vida espiritual de manera tan débil, que cuando viene el diablo los destruye con facilidad, de la misma manera como fue destruido el castillo de arena que habían hecho los niños. Deben tener en cuenta que el tema esencial del diablo es provocar el mayor daño a los hijos de Dios, a los que son miembros del Cuerpo de Cristo. Hay ocasiones que muchos alaban a determinadas personas de la fe, porque las hayan estupendas, sin embargo, son meros castillos de arena, que al primer ataque del mundo, se vienen abajo. Permanecer en Cristo, es estar seguros, finalizó de expresar Destellito.-
Autor: Oscar Olivares Dondero
Escrito para: www.destellodesugloria.org