2012: El Año del Fin de todas las cosas
2012: EL AÑO DEL FIN DE TODAS LAS COSAS
«Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo, Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad».
Hechos 1:6,7
¡Hay tanta gente atemorizada por los anuncios del fin del mundo! El tema va creciendo en las conversaciones de sobremesa, en la oficina, en los descansos de los jornaleros, en las discusiones de pasillo, en todas partes se habla de lo que sucederá en diciembre de 2012. La prensa y la televisión aporta con lo suyo, haciendo desfallecer el corazón de los hombres por el temor y el miedo.
En algunos países hay familias enteras que han construido bunkers bajo tierra para salvarse de la inminente catástrofe, nos preguntamos: ¿de qué les serviría si el mundo se va a acabar?, pero en fin, una sombra oscura, aterradora, se cierne sobre la gente, provocando una psicosis colectiva que afecta a todos los que tienen entendimiento de las cosas temporales.
Querer saber lo que trae el futuro ha estado en el hombre desde siempre, o mejor dicho, desde que por causa del pecado quedó atrapado por el tiempo, con un principio y un fin inevitable. Cuando hablamos de eternidad nos referimos a eternidad de tiempo, eso es una de las grandes bendiciones que se perdió en Edén. Allí, el ser humano creado disfrutaba de vida eterna, la muerte nada tenía que ver con él ni con ella, porque eran eternos.
La Biblia dice en Génesis 2:17, “mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás”, esto quiere decir que hasta ese momento, ni el pasado, ni el presente, y ni el futuro, afectaba al hombre; observe el lector esto, “Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis”, Génesis 3:4, imaginamos a la Muerte frotándose las manos detrás de la serpiente, el diablo o Satanás, al observar en los ojos de Eva la duda. En el momento que Eva desobedece a Dios, e incita a Adán a hacer lo mismo, pierde la eternidad en el tiempo, su existencia se limita a años de vida, y la muerte es la encargada de velar que ello se cumpla, hasta hoy. El ser humano se torna inseguro del futuro queriendo saber que le depara.
La Gracia perdida a causa del pecado provocó tales limitaciones en la persona, que enumerarlas sería largo, una de ellas lo dice la Sagrada Escritura, la Biblia, “No os toca a vosotros saber los tiempos…”. Es el Eterno hablando, Cristo Jesús, dirigiéndose a los reunidos, a la humanidad de todas las épocas; nosotros perdimos el conocimiento de los tiempos, y no hay hombre ni mujer en toda la faz de la tierra que pueda vaticinar el fin del mundo, Dios no nos ha dado esa autoridad ni facultad, nadie se la puede arrogar, sólo el diablo, y el diablo es mentiroso desde el principio.
Sólo nuestro Padre, ¡Gloria a Su Nombre! sabe lo que habrá de acontecer definitivamente con todas las cosas.
Satanás, usa estrategia para distraernos de lo verdaderamente inminente, y que debería causar real preocupación a todos, y alegría a muchos: ¡Cristo Jesús Viene! Ese acontecimiento sí que está anunciado, y nada menos que por Su boca. ¿A que viene?, a devolvernos la eternidad perdida: “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra” Apocalipsis 22:12.-
Autor: Oscar Olivares Dondero
Preparado para www.destellodesugloria.org
