No seas Dinosaurio
No seas Dinosaurio
Juan 10:10 – «Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia».
Hace unos 65 millones de años que los dinosaurios dejaron de vivir. Hay muchas versiones de por qué se extinguieron. Algunos científicos dicen que su vida fue desapareciendo debido a los efectos del impacto de un asteroide en la península de Yucatán, México. La caída del inmenso asteroide habría causado cambios químicos en la atmósfera de la tierra y estos habrían ocasionado un sin número de tormentas, lluvias ácidas, fuegos y vientos extremos que habrían probado ser demasiado fuertes y difíciles de sobrevivir para los dinosaurios. Lo cierto es que aunque la comunidad científica no se pone de acuerdo si en verdad hubo o no un súper asteroide, casi todos están de acuerdo en que los dinosaurios no supieron adaptarse a los cambios de circunstancias que les tocó al irse desarrollando su vida. Fuerte actividad volcánica, aluviones de lodo e increíbles lluvias sulfúricas que fueron quemando la vegetación y por ende arruinando la base de la cadena alimenticia de aquel entonces se hicieron cosa de todos los días y los dinosaurios empezaron a morir de hambre. Algunos dicen que al ir envejeciendo los dinosaurios se hacían demasiado pesados para escapar de fuegos o inundaciones de lava, requerían demasiado alimento en medio de tanta escasez o hasta que eran demasiado torpes para cazar animales más pequeños. Por todo esto otras especies sobrevivieron a estas crisis del planeta y los dinosaurios no.
Los científicos explican que todavía hoy la vida animal y vegetal en el mundo está sujeta a una regla que se llama «La supervivencia del más apto». La supervivencia del más apto es una ley que dice que aquel individuo que mejor se va adaptando al desarrollo de las circunstancias a su alrededor es aquel que sobrevive y aquel que no se adapta empieza a correr peligro de extinción. Los más aptos son los que no están desprevenidos de los peligros y estás lo suficientemente fuertes como para resistir ciertas circunstancias amenazantes. ¿Dime si todavía no sabes a dónde voy con todo esto? Yo creo que la ley de la supervivencia del más apto también funciona en la vida espiritual. Si no resistimos a las tentaciones, si nos conformamos con parecer buenos y conservar una vida religiosa exterior que calle bocas pero que no nos siga transformando recurrentemente a la imagen de Cristo, pronto vamos a ser dinosaurios espirituales. Si no estamos lo suficientemente fuertes en el Señor nuestras vidas espirituales van a estar en serio problemas cuando exploten volcanes de problemas a nuestro alrededor o lluvias de crisis y desilusiones inunden nuestros pensamientos. Ahí se va a ver si sobrevivimos o si nos extinguimos. Si nos adaptamos a seguir creciendo aún en medio de circunstancias negativas o si cedemos y nada más nos hacemos victimas de los cambios a nuestro alrededor.
Autor: Lucas Leys
Extraído del libro «No seas Dinosaurio»