Destellito: La Moneda Extra
Un Destellito en las manos de Dios.-
El día que Destellito salió de las manos de Dios Creador para cumplir con sus nuevas labores, porque las antiguas ya no las podía hacer, se propuso aportar lo mejor que pudiera, para hacer del mundo un lugar mejor para vivir. Y cada vez que Destellito tenía alguna inspiración para enseñar a los hombres las palabras de Dios Creador, su pequeña cabeza comenzaba a brillar tan intensamente, que la única forma que se le pasaba era escribiendo.
La Moneda Extra.
Felipe, a cada rato sacaba la pequeña bolsa que guardaba en el bolsillo derecho del pantalón, para contar las monedas que había logrado juntar, eran en total cincuenta y siete, la misma cantidad de hace cinco minutos, había llegado el día tan esperado, era el cumpleaños de su padre, dijo Destellito sin dejar de rascarse la nariz. El problema es que Felipe necesitaba exactamente cincuenta y ocho monedas para poder comprar la afeitadora que deseaba regalarle, desde que la vio en la vitrina del bazar se propuso adquirirla para él; por muchos días no probó nada delicioso que ofrecían los vendedores de dulces afuera de la escuela, a pesar de que se le hacía agua la boca, de sólo imaginar todas las cosas ricas que pudo comprar Felipe, ¡a mí me pasa lo mismo!, expresó Destellito.
-Hola hijo, ¿Qué tal?-, preguntó la mamá a Felipe acariciándolo en la cabeza. Había ido de compras, y presurosa se puso un delantal para comenzar a preparar el almuerzo, porque su esposo estaba por llegar. Felipe, puso su atención en el monedero que mamá había dejado sobre la mesa, con el corazón latiendo a mil por hora, sacó la moneda que le faltaba, contó Destellito frunciendo el ceño. Permaneció largo rato a la puerta del bazar, hasta que decidió regresar a casa sin comprar. Mamá se enteró por boca de su mismo hijo lo que había estado a punto de hacer, secando sus lágrimas con muchos besos lo perdonó, y premió su franqueza obsequiándole la moneda que le faltaba. Cuando llegó papá se puso muy contento con la afeitadora que le había regalado Felipe.
La Biblia dice en Filipenses 4:8, “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”.
Los hombres tienen la tendencia hoy en día de lograr sus propósitos sin importar el cómo, y una vez logrados se pavonean a sí mismos, actuar así, ¡no está bien!, la honestidad debe estar al frente de cada una de las acciones, es una virtud, es una alabanza, Dios Creador nos llama a pensar en ello, concluyó diciendo Destellito.
Autor: Oscar Olivares Dondero
Escrito para www.destellodesugloria.org