Destellito: El niño y el recolector de basura
Destellitos de Gloria
En cierta ocasión Dios Creador quiso bendecir a los hombres con algo diferente, tomó en sus manos al Sol quitándole uno de sus rayos, pero no cualquier rayo, recordemos que Él no hace las cosas por mero gusto, sino que escogió uno chiquitito, que permanecía oculto detrás de otros que eran grandes, bien grandes y largos, tanto, que llegaban a la Tierra.
Dios Creador, tomó a ese rayito pequeñito prometiéndole que haría de él uno muy importante, lo reforzó, le aumentó la inteligencia, y le puso un nombre nuevo, desde hoy le dijo, te llamarás: “Destellito”, y vas a ser mi colaborador en mi trabajo con los hombres, y Destellito, a quién también le había dado el don de hablar, le preguntó a Dios Creador cuál sería su trabajo específico, Él le contestó que mediante historias creadas ayudaría a las personas a tomar más en cuenta los valores y principios que están en la Biblia, y que les permitirían hacer del mundo un lugar mejor para vivir, esto, alegró mucho a Destellito de tal modo que se puso manos a la obra relatando su primera historia.
El niño y el recolector de basura.
Cada tarde después de almorzar, decía Destellito, el niño salía de su casa para ir al colegio, que quedaba a unas cuatro cuadras, el trayecto lo hacía caminando no tan rápido porque acostumbraba a partir con anticipación, no era de aquellos chicos que llegan con frecuencia atrasados; el sol inclemente de ese día de verano le hacía creer que la mochila pesaba más de costumbre, tanto era el calor.
En dirección a él pudo observar a una persona mayor, que cubierta con una pechera de plástico, color amarillo con huinchas rojas, venía empujando basura de la acera con un escobillón que le pareció gigante, pesado; más allá le aguardaba un carro casi lleno hasta el borde. El niño sintió mucha pena de él, se acordó de su abuelo, pudo ver correr el sudor por el rostro del hombre, y se imaginó que debía tener mucha sed. Sin dudarlo abrió su mochila para sacar un refresco bien helado que mamá habitualmente le entregaba para su colación, y se lo dio al recolector de basura, el que agradecido se lo bebió de una sola vez. El niño continuó la marcha hacia su colegio muy contento, fue la tarde más linda que haya tenido.
La Biblia dice en 1 de Corintios 13:2: “Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes y no tengo amor, nada soy”. Aquí veo un grave problema, dijo muy serio Destellito rascándose la nariz, ¡que grandes se sienten aquellos que profetizan, o que interpretan, como por ejemplo los sueños, y los que son tremendamente entendidos en muchas cosas! pensando que con ello alcanzan a agradar a Dios Creador, ¡craso error!, desde el cielo, Él vio con mucha satisfacción la acción del niño porque se basó en el amor al prójimo; Dios es Amor, y el que diga tenerlo en el corazón que actúe de acuerdo a lo que Él es, finalizó diciendo Destellito.-
Autor: Oscar Olivares Dondero
Escrito para www.destellodesugloria.org