Sirve con amor
Sirve con amor
¨Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo, conscientes de que el Señor los recompensará con la herencia. Ustedes sirven a Cristo el Señor.¨
Colosenses 3:23-24 (Nueva Versión Internacional).
A medida que pasa el tiempo vamos creando hábitos en nuestras vidas, como el hacer deporte, comer saludable, orar, leer la palabra, ayunar, servirle a Dios etc. Pero llega un momento en que hacemos las cosas mecánicamente, porque no toca, o porque nos vemos obligados, simplemente por pura costumbre.
Entonces perdemos la verdadera esencia, olvidamos el verdadero motivo por el que hacemos las cosas, tristemente nos aburrimos de hacer lo mismo, somos como unos robots, llegamos a la iglesia, nos sentamos en el lugar de siempre, servimos a Dios, regresas a tu hogar, encontrándote con los mismos problemas y no hacer nada por solucionarlos. Esto se convierte en un círculo vicioso.
Y una persona que se sienta así, es porque ha dejado su primer amor, lo más seguro es que ya no tenga la misma relación intima con Dios, se ha apartado de su presencia y a puesto otros intereses primero.
Porque cuando tu estas en constante comunión con el Espíritu Santo, el cada día te renueva, y te revela grandes cosas, con las cuales tú puedas servir e impartir el evangelio a las demás personas. Te dará grandes ideas para llevarlas a cabo en el ministerio que estés, veras siempre una oportunidad en cada situación y no tendrás el porqué aburrirte por hacer lo mismo.
Cuando amas, no te aburrirás de tu deber, cuando tienes pasión, encontraras la manera de hacer las cosas mejor cada día, entregando lo mejor de ti. Y más si de Dios se trata.
Es un privilegio servirle al señor, es una de las mejores experiencias, pues Dios ha tenido misericordia, y nos coloca en lugares privilegiados, los cuales debemos aprovechar al máximo, no por apariencias ni orgullo, sino porque tenemos más responsabilidad, tendremos que dar lo mejor y lograr hacer algo relevante y diferente que marque un antes y un después, que impacte la vida de las demás personas por medio de nuestro testimonio y de lo que Dios ha hecho en nuestras vidas.
Así que no te quedes ahí sentado, viendo como pasa la vida, encuéntrate con Dios, para que renueve tus pensamientos, sea un placer y un deleite servirle.
Autora: Jessica Terán
Escrito para: www.destellodesugloria.org