La verdadera libertad se logra cuando la mente está libre
La verdadera libertad se logra cuando la mente está libre
Decimos: “mi pareja no me deja”, “mi jefe no quiere”, “mis amigos no están de acuerdo”. El otro me puede condicionar pero nunca limitar. Tengo que hacerme cargo de mi vida. Debemos cambiar: “El otro no me deja” por “Yo decido”. Allí soy libre para decidir mis reacciones y construir mi vida.
La verdadera libertad se logra cuando tu mente está libre. La peor cárcel en la que puedes vivir es la presión mental, aquella que termina siendo un obstáculo para disfrutar y alcanzar todo lo que está por venir.
Puedes ganar cientos de batallas, liberar pueblos enteros, pero si la mente de esclavo sigue arraigada a tus pensamientos, todo lo que hagas tendrá los mismos resultados que obtuviste cuando estabas preso.
Moisés siendo grande lloraba por su pueblo, en ese llanto estaba el llanto de millones de judíos. Cuando era un bebé la hija de faraón le pagó a la verdadera madre de Moisés para que lo criara.
El enemigo te va a terminar pagando porque vas a marcar a la gente librándolas de todas las limitaciones.
Limitación financiera: Dios romperá en mi vida con eso, habrá rompimiento en tus números mentales. Cientos de años atrás te fue profetizado que vas a salir del problema financiero. Dios les dijo a los israelitas que les pidan el oro a los egipcios, no sólo la libertad.
Rompiendo las limitaciones espirituales: el Espíritu Santo rompe con esas limitaciones. No vas a necesitar de ningún rezo, ni de ninguna persona que interceda por ti, porque el Espíritu Santo va a ser quien guiará tu vida. El hijo pródigo dijo: “he pecado” reconoció que no podía vivir sin la cobertura de Dios sobre su vida; tuvo que tocar fondo para darle autoridad al Señor. Las bendiciones son para los que le dan autoridad espiritual al Padre en su vida.
Rompimiento mental: decimos: “me quedé sola, me voy a morir, no voy a poder, la casa no llega”. Así les pasó a los israelitas, les gustaba más el desierto y por eso la mayoría de ellos se murieron allí; pero Josué y Caleb dijeron: “subamos a la tierra”, hablaban de abajo para arriba, de lo terrenal a lo espiritual. Los que renovamos la mente, buscamos las cosas de arriba, pues de allí viene la sabiduría, ¡de lo alto!
Debemos comprender que siempre existe una bendición para nuestras vidas la cual todavía no capturamos porque hay algo de nuestro carácter que lo impide.
Dicho de otra manera, existe algo en nuestra forma de ser que está impidiendo tomar algo que Dios ya nos dio. Es por eso que, hasta que ese factor limitante de tu carácter no sea quebrado, no vas a poder recibir esa bendición.
Es más, si ya recibiste bendición en tu vida, aún así existe otro factor en tu carácter que te está limitando para que seas todavía más bendecido.
Si eres sabio, te vas a mirar para adentro todos los días en lugar de mirar a los demás, y te vas a preguntar: “¿Cuál es el rasgo de mi carácter que está limitando mi bendición?”
¿Cuál es la enseñanza? Tienes que ir a pisar tu lugar de bendición, porque tu pisada es tu semilla, y todo lo que pises Dios te lo va a dar y lo vas a cosechar tú o tus hijos o los hijos de tus hijos. Por eso Dios le dijo a Josué: «todo lo que pise la planta de tus pies te lo daré”.
Lo que yo me digo a mi mismo marca mi éxito o mi derrota.
Saúl perseguía a David para matarlo, porque David había sido elegido como rey. Cuando las voces te persiguen, es porque el infierno sabe, que has sido destinado para gobernar en victoria, en el nombre del Señor. Saúl nunca lo alcanzó a David, porque la voz del infierno, nunca alcanza a los hijos de Dios, podrán atormentarte, podrán decirte no, podrán perseguirte, más no te van a capturar. Nadie se hace feliz en un día, pero hay un día que sabés que serás feliz. Nadie se hace bendición en un día, pero hay un día que serás bendición. ¿Sabés por qué Jesús dejó que Lázaro se muera?, porque hay cosas que se tienen que morir, para que la vida de Dios te levante a una nueva dimensión extraordinaria. Dios dejó que toques fondo, para que del fondo te pongas de pie, y levantes alas como las águilas, porque lo que viene será mejor que lo que fue.
El águila, cuando tiene cuarenta años, se le dobla el pico, no puede capturar su presa, algunas se mueren, otras se buscan una roca en las alturas, y se refugian cinco meses, se internan en una roca y empiezan a golpear el pico sobre la roca, hasta que se les cae, literalmente, al animal ensangrentado, se le cae el pico y espera que le crezca uno nuevito, y cuando le sale el pico nuevo, empieza a arrancar pluma por pluma, una por una, se las saca a todas y cuando está todo ensangrentado, no puede comer, está debilitado, dice que le salen plumas nuevas, el pico nuevo, y gracias a ese renuevo, vive treinta años más.
Sabes que dice la Biblia, en Isaías, que los hijos de Dios somos como las águilas, no perdemos nada, nos renovamos. Esa casa era el pico viejo, ese trabajo era el pico viejo, pero lo que viene será mejor, porque los hijos de Dios no perdemos, nos renovamos. Alguien tiene que aprender a hablar fe, y a decir: “lo que viene será mejor”.
Vamos de gloria en gloria, no has perdido nada, solo era un pico, solo eran alas viejas y las que vienen, te darán treinta años de victoria. Los que pretendan limitarte a tener una vida sin expectativas, diles: “Yo sé que lo voy a alcanzar”, practica esta promesa. Sí, dices: “pero yo no tengo nada”, Dios es especialista en nada, al tercer día de la creación dijo: “Produzca la tierra” y toda la tierra produjo, Dios no sembró una semilla, Dios creó de la nada, tenemos una palabra para los que no tienen nada, Dios de la nada va a darte producción, ¡porque para los hijos de Dios, lo que viene siempre es mejor!
Autora: Silvia Teuffa
Escrito para www.destellodesugloria.org
Gracias por esta reflexión. Bendiciones.