Sin derecho a ser yo misma

Sin derecho a ser yo misma

Escrito por Lilo de Sierra

“Por eso nos empeñamos en agradarle, ya sea que vivamos en nuestro cuerpo o que lo hayamos dejado. Porque es necesario que todos comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba lo que le corresponda, según lo bueno o malo que haya hecho mientras vivió en el cuerpo.”

(2 Corintios 5:9-11 NVI)

A veces me pregunto, ¿Por qué simplemente no puedo ser yo misma? ¿Debo agradarle al mundo o a Dios? y…¿Si ese mundo es el hombre que amo?¿el jefe que tengo? o ¿mi grupo de amigos?…la única verdad es…que soy lo que soy, porque Dios me creó con ese espíritu indomable de querer conquistar el mundo de su mano; ese espíritu que no a todas las personas les gusta, porque les incomoda y de manera insistente pareciera hacer tambalear el suelo que pisan…

Entonces… ¿Por qué no vivir la vida sin que me afecten las malas caras, las palabras hirientes o las actitudes revanchistas? ¿Por qué no caminar sin pensar en los demás, sino apropiarme de lo auténtico y real que hay en mi interior? ¿Por qué si Dios no me juzga, permito que otros pisoteen lo que Él con tanto esfuerzo y paciencia ha contruído en mí?…

Es un reto diario evitar que el enemigo, que ya no es secreto ni tiene el factor sorpresa, me amargue, dañe mis sueños y destruya mis ideales. Duele y se atasca en la garganta la impotencia, la rabia, cuando no puedo lograrlo; pero de mí depende, el dejar que me domine, sabiendo que no tiene poder ni autoridad sobre mí y que quien me protege es tan fuerte para vencerlo y apartarlo de mi vida para siempre.

Existen muchas maneras de romper el corazón de una mujer, no en vano en la palabra de Dios, el Señor nos describe como vaso frágil; pero que equivocados están aquellos que piensan que ser frágiles significa ser débiles; lo que ignoran, es que de las ruinas, de lo seco, de lo despreciado del mundo, Dios ha hecho cosas maravillosas e inimaginables para cualquier hombre…Él es y será mi primer amor por siempre…mi derrota, mi caída, es victoria entre sus brazos, de eso estoy segura.

Esas duras palabras del enemigo que quieren reafirmar que no tengo derecho a ser, son inválidas. Mi felicidad es mi responsabilidad. Debo decidir si me conviene creer a quien realmente no me conoce, o a aquel que me hizo el sello de su creación; hermosa por dentro y por fuera, la más valiosa joya, tesoro invaluable.

Me asomo a la ventana en esta noche y al mirar el inmeso y oscuro cielo, puedo sentir su presencia a mi lado. La calidez de la luna y varias estrellas juntas, se enfilan dulcemente formando una cruz que me recuerda que valgo la pena; Jesús decidió dar su vida por mí, como no entregarle lo que tengo y lo que soy, si con su dulzura hace que me derrita de amor por Él. Profundamente enamorada, puedo ver, que aunque la obra de arte aun no ha sido terminada, ya no soy lo que era hace un minuto y que mañana despertaré siendo mucho mejor que hoy, gracias a cada pincelada con la que Él, le da color a mi mundo aveces pálido y sombrío. Soy feliz y nadie puede quitarme lo que mi alma guarda con tanto recelo, una vida en abundancia y plena gracia, que es la que mi Dios me ha concedido…

¡Qué más da lo que piensen o digan los demás!…Tenemos derecho a ser nosotras mismas, a brillar, a sonreir si nos da la gana hacerlo. Si se molestan, allá ellos si quieren atragantarse con el veneno que brota de la raíz de amargura que hay en su corazón y de sus labios secos…tú…yo…vivamos hoy a plenitud, respiremos sin temor, seamos valientes, vayamos juntas a la cima a donde queremos llegar; cumplamos nuestros sueños… ¡Podemos lograrlo!.

“Ustedes comerán en abundancia, hasta saciarse, y alabarán el nombre del SEÑOR su Dios, que hará maravillas por ustedes. ¡Nunca más será avergonzado mi pueblo!”

(Joel 2:26 NVI)

Escrito para www.destellodesugloria.org

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