Hablar bien te da autoridad
Hablar bien te da autoridad
Las palabras tienen poder; poder para construir un vallado que proteja tu sueño pero poder también para que lo que soñaste tanto tiempo se destruya con palabras de menosprecio si las aceptas en tu vida.
Cada palabra que sale de tu boca será la puerta por la que atravesarás cuando te enfrentes ante una circunstancia difícil. Las palabras te traerán beneficio o pérdida, te afianzarán o destruirán tu estima y seguridad.
Nos curamos hablando, hay gente que pasó por crisis traumáticas y nunca lloraron, pero llorar es terapéutico, es sanador; descarga tensiones y alivia. El llanto forma parte de nuestra vida. Es una herramienta que tenemos para recuperarnos. Se dice que el grillo frota sus patitas para atraer a la hembra, su sonido la atrae, cuando nosotros hablamos atraemos gente de nuestra misma especie, cuando hablas en negativo, e infundes inseguridad en los demás, la gente te quita autoridad, pierdes autoridad. Tenemos autoridad cuando hablamos palabras de fe, porque estamos diciendo lo mismo que Dios dice.
Recordamos la historia de los espías que fueron a reconocer la tierra prometida; los diez que hablaron mal, en forma negativa se murieron de plagas, de enfermedades, porque atrajeron eso, se quedaron dando vueltas cuarenta años en el desierto.
Dios tiene una bendición para este día, no “la patees” veinte o treinta años para adelante, ¡cuando la oportunidad se te está dando hoy!
Los diez negativos, promovían el chisme. Por eso Dios le dijo a Moisés: «Dile a los diez que no van a entrar a la Tierra Prometida, por negativos no van a entrar”. Cuando Dios les dijo NO, ellos querían entrar, porque siempre llevaban la contra en todo; y se empecinaron en entrar, pero Moisés les dijo: «entren, pero Dios no estará con ustedes». ¡Entraron y así les fue! Son aquellos que dicen: «si yo quiero escupo al cielo y no me corro». Pero hay un momento en que Dios dice basta.
Los diez negativos dijeron: “sí pero”, eso anula todo lo que dijiste antes. Josué y Caleb aunque hablaron bien no pudieron con ellos, los otros fueron más gráficos. Pidámosle a Dios que nos dé la habilidad para saber transmitir, compartir lo que Él nos ha dado con convicción. Hablemos con entusiasmo, con pasión, Hay que aprender a decir las cosas de muchas maneras diferentes.
La gente de fe dibuja el futuro y luego habla del presente para resolver la situación, hay que darle un sentido grande a lo que decimos.
Josué y Caleb influenciaron positivamente a los jóvenes que quedaron vivos. Josué se llamaba Oseas antes de que Moisés lo mandara a explorar la tierra, Josué o Yehoshúa, cuyo significado es “Jehová salva”. Le pone a su nombre una jota por delante y se lee Josué. Puso el Nombre del Señor por delante del suyo y su identidad se le cambió y por eso cuando fue a explorar la tierra no vio a los gigantes, vio al Señor. Josué entendió que las dificultades son el proceso de Dios para crecer.
Desarrolla una mente libre de la gente, de la opinión de los demás; no lleves las cargas de nadie, no te pertenecen. Perdona, sé libre y vuelve a la carrera porque hay un premio, un botín que tiene tu nombre y que te está esperando. El mundo es rico, lo que sucede es que está en manos de unos pocos. Por eso necesitas ir a tomarlo y recuperar cada logro, cada éxito, cada solución que tiene escrito tu nombre y que te está esperando. Seguramente si te animas a ir y conquistar, regresarás con abundancia.
Josué y Caleb, no eligieron quedarse en el desierto, pero eligieron no morirse en el desierto. Es la gente que usa su boca con poder y autoridad.
Podrán limitarte en lo natural pero nunca en lo espiritual. Jesús sabía todas las cosas ¿Y por qué le dijo a los discípulos que vayan a Samaria a pedir hospedaje si sabía que los samaritanos odiaban a los judíos? Porque los discípulos cuando llegaron a ese lugar lo pisaron, y dijeron: «no, acá no hay hospedaje», y se fueron. ¿Sabes qué pasó? algunos meses después el evangelista Felipe llegó a esa ciudad de Samaria, y se convirtieron todos a Jesús.
¿Cuál es la enseñanza? Tienes que ir a pisar tu lugar de bendición, porque tu pisada es tu semilla, y todo lo que pises Dios te lo va a dar y lo vas a cosechar tú o tus hijos o los hijos de tus hijos. Por eso Dios le dijo a Josué: «todo lo que pise la planta de tus pies te lo daré”.
Por Silvia Truffa
Escrito para www.destellodesugloria.org