Si eres uno más, siempre serás uno menos
Si eres uno más, siempre serás uno menos
¿Cómo puede ser que muchos de los sueños que yo quiero alcanzar otros ya los alcanzaron, sin orar y sin ayunar? Porque utilizan determinados principios que Dios les ha regalado a todo el mundo. Ejemplo de Nimrod: los hijos se reunieron para hacer una torre que llegue al cielo, los que no amaban a Dios, se unieron a los que amaban a Dios.
Nimrod: “cazaba gente”, fundó Babilonia, que quiere decir confusión, los juntó y les dijo vamos a juntarnos, les dio los principios positivos pero tenía una mala motivación: “que todos hablen una misma lengua”, él quería hacer otra cosa, era hacer un gobierno político-económico-emocional, donde todos fuesen iguales y se borrasen todas las diferencias, quiso borrar la individualidad (lo que te hace único) porque lo que te distingue es la imagen de Dios en tu vida, una gloria única que Dios te ha dado que nunca tienes que permitir que nadie borre de tu vida, mi diferencia marca mi éxito, él quería que sean robotitos, que estén todos en piloto automático.
Aprende a hablar: si quieres construir algo grande, tienes que saber hablar, porque el poder de la vida y la muerte están en tu boca, en tus palabras. Cuando Dios hizo el mundo, lo hizo a través de su palabra. Cuando nosotros hablamos, nuestras palabras construyen nuestro mundo. Las palabras tienen el poder de dar vida o muerte, te sanan o te enferman. Todos fuimos heridos por palabras y sanados por palabras. Lo primero que Dios hace es enseñarte a hablar. Puedo tener un sueño grande, pero con las palabras incorrectas no los voy a poder alcanzar. Tienes que saber hablar.
Aprende a motivarte: “Se decían unos a otros: vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego. Y les sirvió el ladrillo en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla”. “¡vamos que lo vamos a lograr!” se motivaban entre ellos. La gente motivadora, es la gente que recibe la mejor paga por su trabajo. Hay un lenguaje de esperanza; hay que hablar los sueños, la gente de acción, motivan a los demás.
Usar ladrillos, sería hacer las cosas bien. Usaban los principios de la excelencia. Tenemos que alcanzar la excelencia, como por ejemplo ser puntual, porque si no podemos manejar nuestro tiempo, no podemos manejar nada. No hay que tener el síndrome del “ya lo sé” y llegar tarde. Tienes que superarte a ti mismo, por ti y por Dios lo vas a hacer bien. No posponer, debemos cuidar las cosas como si fuesen nuestras.
Ellos fallaron, porque su motivación, su corazón fue malo; tenían esa motivación para que la simiente de Abel fuese borrada de la tierra, eran gente mala, que usaba el conocimiento. Está la gente que no soporta que amemos a Dios, hacen cosas para dejarnos afuera. ¿Por qué el diablo nos odia?: porque le recordamos a Dios, porque nos hizo a su imagen; cada vez que Satanás te mira, ve a Dios, porque eres hijo de Dios por medio de Jesucristo.
Para construir sueños grandes, necesitas desarrollar hábitos ganadores
“que lleguen al cielo”. Tu corazón tiene que ser movido por una buena motivación, tener amor por el sueño, hacia Dios y hacia la gente. Todo lo que construyas tiene que llegar al cielo, ¡sueña en grande!
La individualidad siempre te va a hacer crecer: es tener sueños distintos, Nimrod quería hacer una dictadura emocional y espiritual, gente autómata. Esos sueños y dones, si satanás te logra castrar, te va a meter en el mundo del autómata. Pero la fe te despierta, cuando te visita, te despierta la individualidad.
“Tengo un llamado que no tiene nadie y nadie me lo va a sacar”. El enemigo quiere borrar la diferencia, el sistema te quiere estupidizar, fotocopiar, tienes que ser único, porque la presencia es única.
En el jardín del Edén había de todo y ahí cayeron Adán y Eva, hay gente que le vive echando la culpa al ambiente, a la falta de recursos, porque están dormidos. Pero uno cae por decisión, tenemos que hacernos cargo de nuestra propia vida y no echarle la culpa al ambiente. Adán le “echó la culpa a Eva”: ya estaba dormido. Lo que me va mal es por mí, deja de explicar todo, y de justificarte, hazte cargo de ti mismo, recibiste el control de tu vida y si decidiste ponerla bajo la autoridad del Espíritu Santo, proyéctate sin dudar. Si Adán hubiera dicho: “pequé” Dios lo hubiese perdonado. Hay un espíritu que quiere borrar tu responsabilidad, tu individualidad, o puedes despertar y decir: “Señor tú me coronaste de gloria y de honra”.
Tengo que usar la unción de la creatividad. El diablo clonó ese don y lo usa para lo malo. Pero la Palabra de Dios dice: “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos”, los malos son como el tamo, pero nosotros como árboles plantados junto a las corrientes de las aguas. La creatividad abre puertas nuevas y trae nuevos resultados. Hay expertos en teoría ¿pero qué estás haciendo tú? hay un lugar donde puedes construir tu sueño. Si quieres una casa, dile a Dios que vas a invitar gente que no lo conoce para hablarles de Él; entonces uniste tu sueño con el suyo, que es que todo el mundo lo conozca. No vamos a hacer una torre al cielo, vamos a instalar el reino de Jesucristo.
Autora: Silvia Truffa
Escrito para www.destellodesugloria.org